Las imágenes tan repetidas todos los años del Cristo de la
Buena Muerte en brazos de los legionarios, nunca me han gustado, porque
comprometen la neutralidad del ejército. Esa mezcla de bravura militar y de religiosidad
me parece una manipulación del espíritu castrense a favor de una parte de la
sociedad, la de los creyentes o la de los que defienden la tradición de las
procesiones.
Cuando veía a la señora Díaz Ayuso años anteriores pasar revista
a las tropas y después contemplar su desfile desde un podio frente a las
dependencias de la Comunidad de Madrid, se me antojaba una burda imitación de
la imagen de un jefe de estado el día de la fiesta nacional de su país.
Posiblemente era lo que ella buscaba y no entiendo que hasta ahora el gobierno
se lo haya consentido.
El ejército ni es un adorno ni está al servicio de ningún
político. Los militares no son mayorettes. Por tanto, utilizar su
presencia con soterradas intenciones partidistas es un fraude que hay que
evitar, por la propia dignidad de la institución militar y por la salvaguardia
de la imagen de su neutralidad. No es propiedad del gobierno, como dice la
ilustre presidenta de Madrid, pero sí está a sus órdenes, como indica la Constitución. Su presencia no debe responder al capricho de un político ni al del presidente
de una cofradía de penitentes.
Hay polémicas que vienen muy bien porque actúan como
revulsivos de situaciones de hecho que no se sustentan en ninguna legalidad.
Por tanto, bienvenida la provocada por la supresión de la parada y consiguiente
desfile militar frente a doña Isabel Díaz Ayuso, porque, si sirve de ejemplo,
no volveremos a ver situaciones como éstas nunca más.
Totalmente de acuerdo por mucha rabia que le de a Ayuso, que quiso convertir la fiesta de todos los madrileños en un acto político contra Pedro Sánchez.
ResponderEliminarFernando
Fernando, me alegra que coincidas con mi punto de vista.
EliminarLuis, espero otro artículo tuyo sobre los desfiles militares que me iluminen sobre estos actos, sobre su conveniencia, su necesidad, su espectacularidad...
ResponderEliminar¡Bravo por el de hoy!
Angel
Ángel, me pides un artículo difícil de escribir, porque cualquier explicación que diera se basaría en la simbología y sé que los símbolos a veces están reñidos con la racionalidad. Los desfiles militares en los países democráticos, si no se utilizan con fines partidarios y por tanto espurios, pretenden representar la unidad de la nación frente amenazas externas. A mí no me parece mal que el día de la fiesta nacional, una vez al año, el país pueda contemplar una manifestación externa de las características de sus fuerzas armadas. Aunque sé que tú no eres refranero, lo cortés no quita lo valiente.
EliminarGracias por tu exclamación final.