En primer lugar, creo que se trata de una organización muy
descentralizada, a la que, con independencia de los postulados doctrinales básicos, sólo une el convencimiento de que, sin la aceptación
de una autoridad indiscutible, cada una de las partes corre el riesgo de desaparecer. Esto explica la veneración y el boato místico que
rodea a la figura del papa. Cismas en la Iglesia a lo largo del tiempo ha
habido muchos, pero, salvo alguno, como el de oriente (siglo XI) que dio lugar a la
separación entre ortodoxos orientales y católicos romanos, la mayoría de ellos
han sido encapsulados y aislados por el Vaticano. Ahora sigue surgiendo alguno, pero son disidencias minoritarias con muy poca repercusión.
Como consecuencia de lo anterior, la Santa Sede, o autoridad nuclear de la Iglesia Católica, que constituye el centro neurálgico de una
organización que se extiende por el mundo entero, se ha convertido en uno de
los poderes terrenales más influyentes del mundo católico y no católico,
porque desde ella se mueven unos poderosos hilos capaces de movilizar las
opiniones públicas de muchos países.
Este poder de influencia en el comportamiento de tantos ciudadanos
obliga a la Iglesia a actuar con enorme cautela, uno de sus signos
de identidad, fenómeno que a su vez explica la lentitud que se observa en sus
movimientos, ritmo muy difícil de entender en un mundo tan cambiante como el
que nos está tocando vivir. Quizá sea éste uno de sus puntos débiles,
preocupación que sin lugar a dudas guio las políticas del papa Francisco, muchas de
las cuales se han quedado sólo en intenciones, porque en la curia ha prevalecido ese
principio de cautela heredado de tantos siglos de andadura.
Naturalmente, detrás de todo esto se esconde una refinada diplomacia, la llamada vaticana, y una sólida situación económica, en cuyos
detalles no voy a entrar porque no es ésta mi intención de hoy. Con la primera
maneja las relaciones a todos los niveles a lo ancho y a lo largo del orbe; con la
segunda, afianza su poder donde encuentra obstáculos insalvables. Con buenas y
prudentes palabras se evitan los conflictos y con dinero se allanan las dificultades.
Ante la continua deserción de los católicos del mundo occidental desarrollado, formado por sociedades cada vez más laicas y por tanto menos proclives a las “seducciones” vaticanas, la pregunta que me hago es si la continuidad de la institución como la hemos conocido hasta ahora será posible en el futuro. Tengo la sensación de que la evangelización en el tercer mundo continua y tiene un porvenir a corto plazo asegurado; pero al mismo tiempo sospecho que en Europa y en Norteamérica, es decir, en los países desarrollados de tradición cristiana, la influencia del Vaticano y de los vaticanistas va disminuyendo y con el tiempo dejará de ser tan decisiva como lo es ahora.
¿Significa esto que la Iglesia corre el peligro de convertirse en un referente espiritual en exclusiva del mundo subdesarrollado? Si la curia no cambia el paradigma, a mí no me extrañaría.
Con la iglesia hemos topado…
ResponderEliminar...amigo Sancho.
Eliminar¿La Iglesia está en crisis? Posiblemente si , pero una institución de 2000 años tiene que pasar por altibajos (ni ha sido el primero ni será el último).
ResponderEliminarLo que si está en crisis y cada vez mas, es la democracia tal y como la conocemos y las actuales sociedades occidentales
Vease la deriva a la autocracia de USA y de Rusia, y en esta Europa nuestra, "tocan campanas del fin de una etapa" (extrema derecha disparada hacia las estrellas , estados democráticos débiles que no pintan casi nada en el tablero mundial ......)
La Iglesia continuará durante muchos años pero ?pasará lo mismo con las sociedades democráticas?
Solo Dios (si es que existe) lo sabe
A lo mejor los gobernantes europeos deberían preguntar a la Iglesia sus secretos para gobernar durante milenios y mantener su influencia en el mundo................
Querido anónimo, ya que introduces la democracia en mis consideraciones anteriores, no hace falta que te diga que la Iglesia, me refiero a su organización terrenal, de democrática tiene poco. No saquemos la conclusión de que esa pudiera ser la razón de su supervivencia a lo largo de los siglos.
ResponderEliminarTodos los Imperios en la historia del hombre han tenido su principio y su fin.
ResponderEliminarGrecia, el Imperio Romano, El imperio español , el Imperio Ingles , el Frances , el Austrohúngaro, El Otomano, El Americano (USA) iniciando su decadencia, La URSS, ........pero el "Imperio de la Iglesia Vaticana" (o sea , la católica) democrática o no, lleva 2000 años en este terrenal mundo y pese a tu interesante exposición no parece que vaya a desaparecer.
!!Habrá que preguntarse por qué !!
Gracias por el comentario. En realidad lo que sostengo es que su influencia está disminuyendo en el mundo desarrollado y aumentando en el menos desarrollado y en el subdesarrollado, no que vaya a desaparecer.
EliminarEn cuanto a la pregunta, yo tengo respuestas que se basan en la Historia. Pero, como digo de vez en cuando, requeriría, no ya otro artículo, sino una larga tesis doctoral.
A mí siempre me gustó mucho la Historias Sagrada, como también me gustaron mucho las historias mitológicas del dios griego Zeus y compañía (destacando entre todas las de las diosas Atenea, Afrodita, Artemisa y otras bellas diosas de la mitología griega).
ResponderEliminarLo que quiero decir es que para creer en un dios universal, omnipresente, que todo lo creó, todo lo observa, y todo lo controla, no hace falta que haya una institución omnipresente como la Iglesia Católica y el Vaticano, sino, simplemente grandes historiadores como, por ejemplo, Herodoto, grandes filósofos, como, por ejemplo, Sócrates y su alumno Platón; grandes literatos, como, por ejemplo… cualquier grande literato que nos haya apasionado y haya sido capaz de despertar nuestra imaginación.
Quiero decir que, para influir en nuestra concepción del mundo a nivel terrenal y ultraterrenal, creo que, a día de hoy, en nuestra vieja civilización europea, no hacen ya falta instituciones centralizadoras y guiadoras de nuestra espíritu como pretende ser la Iglesia Católica.
Yo creo que si el Vaticano hubiera dejado de existir, la figura de Jesucristo seguría produciendo en nosotros gran influencia espiritual, y se podría situar al mismo o parecido nivel de, por ejemplo, el griego Sócrates, que, sin haber escrito nunca nada, tuvo una gran influencia posterior gracias a la labor de sus grandes discípulos que sí dejaron testimonio escrito de sus palabras, como Platón, Aristóteles y los que les siguieron.
Interesantísimo tema éste, que, como bien dices, da para muchas entradas de blog.
Gracias Fernando. En realidad mi intención al escribir este artículo era contemplar los aspectos puramente terrenales de la Iglesia Católica. Entrar en consideraciones religiosas es muy complicado, sobre todo para un ateo.
EliminarEstoy de acuerdo en que tanto la mitología griega como la judeocristiana -Historia Sagrada- son entretenidas. Como le oí hace tiempo decir a un intelectual, sus mensajes sirven para todo, para la paz o para la guerra., para el amor o para el odio.