3 de junio de 2025

Leire que Leire

El apagón, el robo de cables, los WhatsApp del presidente y ahora la señora Leire Díez. No paran. Lo peor de todo es que se van envalentonando al oír sus propios gritos enardecidos, endurecen el tono de los insultos, arremeten contra todos y contra todo y, por si fuera poco, se suben al carro de las acusaciones sin pruebas de ninguna clase, sólo para hacer todo el daño que puedan con la intención de derribar al gobierno. A la oposición no le importa ni la imagen de España ni la peligrosa polarización que están creando ni el riesgo de crear un ambiente enrarecido por el odio. Han perdido la vergüenza y el decoro y, como consecuencia, se han olvidado de sus propios asuntos sucios, de sus encarcelados, de sus procesados y de sus corruptos. Creen que les va bien con esta estrategia ultra y no están dispuestos a renunciar a ella, no vaya a ser que Vox los adelante.

No se acaba de entender por qué el gobierno no reacciona contra tanta iniquidad. Cuando hablo de reaccionar, no me refiero a más de lo mismo, sino a usar la información como arma defensiva. Las maniobras de distracción no suelen dar buenos resultados, porque siempre se interpretan como intentos de escurrir el bulto. La única manera de defenderse ante los ataques infundados es ir con la verdad por delante y no andarse con subterfugios. Si hubo un apagón causado por alguna imprevisión, dígase y corríjase. Si evitar los robos de cobre resulta una misión casi imposible, que lo sepa la población. Si los WhatsApp no eran más que la utilización de un lenguaje coloquial, reconózcase que fue una estupidez y que no había mayores intenciones. Si Leire Díez actuó por su cuenta y no bajo la dirección del partido, demuéstrese con pruebas o actúese en consecuencia.

Lo contrario, entrar al trapo de la provocación con el consabido y tú más, no sirve absolutamente de nada. Es más, anima a la oposición a seguir con el mismo tono para provocar y obligar al gobierno a sacar los pies del plato, que al fin y al cabo es lo que busca. Es verdad que hay muchas posibilidades de que la legislatura se agote, pero dos años más sometidos a este desgaste hace pensar que en las próximas elecciones la izquierda corre el riesgo de llevarse un disgusto.

El ruido mediático va a seguir aumentando en intensidad y la única manera de ponerle freno es utilizar la información con inteligencia. Hace unos días hemos sabido que el IPC ha descendido tres décimas con respecto al registrado en abril y que la bajada del Euribor puede suponer a los que tienen una hipoteca media (150.000 euros en 30 años) un ahorro de 1.800 euros al año. Dos datos fantásticos, a los que el gobierno debería estar sacando punta. Por si fuera poco, hoy se han publicado los datos del desempleo, que demuestran que el paro está por debajo de dos millones y medio y que el número de afiliados a la seguridad social se sitúa alrededor de los veintiún millones setecientos mil trabajadores, unas cifras impensables hace unos meses. Pero todos los portavoces del PSOE dedicados a desmentir acusaciones, en vez de a difundir los buenos datos económicos que se derivan de su gestión.

A la oposición no le pediría nada, porque con los extremistas no se puede contar; al gobierno y al PSOE les recomendaría que cambiaran de estrategia, porque la de esconder la cabeza debajo del ala no es ni mucho menos la mejor de las posibles; a sus aliados que se dejen de marear la perdiz si no quieren terminar siendo los más perjudicados.

2 comentarios:

  1. Desde luego la política del PP no tiene otro objetivo que sacar el PSOE del poder. Nunca han planteado algo constructivo, como una propuesta de pacto puntual. Esto va contra el interés general, pero no les importa. Solo así pueden entenderse los nombramientos de personas como Tellado.
    Ahora bien, aunque no haya equidistancia, no se puede negar que en el PSOE ha habido recientemente escándalos importantes. No tantos como dice la derecha, pero los ha habido. Esto último de Leyre Diez es especialmente grave y se corre el peligro de que los ciudadanos vean una cierta equidistancia, aunque no sea cierta. Con ello el PSOE perderá una ventaja competitiva importante, pues los escándalos eran solo del PP. Es probable que muchos votantes indecisos, pero normalmente proclives al PSOE, se queden en casa cuando haya elecciones.

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  2. De acuerdo contigo. Por eso digo que la estrategia que está siguiendo el PSOE no es la más adecuada. Debe informar con claridad y ser más trasparente. Está obligado a jugar mejor sus bazas, que son muchas.

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