24 de julio de 2025

Mal de muchos, preocupación de sabios

Me había propuesto no entrar durante la temporada estival en temas de carácter político, pero resulta que el caso Montoro me ha hecho dar un brinco en mi cómodo sillón veraniego, abrir el ordenador y ponerme a escribir. Siento renegar de mis buenas intenciones, pero es que no lo puedo remediar. Que un ministro de Hacienda haya utilizado el gobierno primero y el parlamento después para, mediante la aprobación de leyes que bajan los impuestos a las grandes corporaciones, obtener a cambio pingües beneficios, es de tal indecencia que me resulta imposible permanecer callado. Este escándalo significa que el Estado en su conjunto ha maniobrado para robar a los españoles. Se podrá contar como se quiera, pero mi interpretación es esa. Bajar los impuestos a los ricos para favorecer sus intereses es condenar al resto de los ciudadanos a disponer de menos recursos económicos y por tanto de menos prestaciones.

A mí la corrupción me preocupa venga de donde venga y aquí en este blog ya lo he manifestado en varias ocasiones. Pero, permítaseme la distinción, no es lo mismo que proceda de mangantes desaprensivos a que se arbitre a través de la manipulación fraudulenta de las instituciones del Estado. En el primer caso hay que poner a los delincuentes en manos de los tribunales y desear que éstos hagan justicia. Pero aprobar leyes para obtener dinero como contraprestación a los beneficios obtenido por los más poderosos del país es corrupción institucional, cuya categoría sobrepasa a la individual porque afecta a un partido en su conjunto. No, no es lo mismo el caso Cerdán y compañía que el de Montoro con la colaboración de un gobierno y de un grupo parlamentario completo, los dos en este caso del PP.

Dice Feijóo que él no ha nombrado a nadie que haya delinquido y que esa es su tarjeta de presentación. Pero parece ignorar que es el presidente de un partido que había amparado la corrupción en grado superlativo durante años y en consecuencia que está al frente de personas que colaboraron en las políticas anteriores. Lo han encumbrado aquellos que ya estaban en el partido cuando se produjo la “megacorrupción” de Montoro. Ha subido al estrado del último congreso del PP rodeado de los presidentes Aznar y Rajoy, que le han arropado con su "autoridad". Le guste o no le guste, no puede escurrir el bulto como pretende. Muchos electores no le van a perdonar el escándalo.

Pero es que además esto no ha hecho más que empezar y queda mucha película por delante. Vox se debe de estar frotando las manos y la izquierda ya prepara las armas políticas que nuestro ordenamiento constitucional pone a su disposición: comisión de investigación en el Congreso y respuestas contundentes cada vez que algún portavoz popular pronuncie la palabra corrupción. Porque ya no se trata de "y tú más", sino que se ha puesto de manifiesto que han perdido la condición necesaria para dar lecciones de decencia.

A mí me parece que lo sucedido marca un punto de inflexión y, aunque los calores estivales aminoren de momento la repercusión de las tropelías de Montoro y de los gobiernos del PP, el verano pasará y el otoño llegará.

2 comentarios:

  1. "La condición necesaria para dar lecciones de decencia" hace mucho que la perdió el PP. Comparto con el artículo el rechazo moral y ético a las actuaciones de Montoro. Otra cosa va a ser probar que se ha producido delito y a quien le es LEGALMENTE imputable; tal vez, pero no es seguro. Montoro y aquel gobierno presentaron leyes que luego fueron aprobadas por el Parlamento y además habría que probar que esas leyes perjudicaron los intereses generales (rebajar un impuesto puede ir contra la redistribución de la riqueza, pero puede ser positivo para su creación).
    Respecto a la atribución de responsabilidades a Feijoo, no parece tan claro, aunque evidentemente todo esto le va a hacer daño con su electorado ... o no, porque los del PP son muy fieles en su voto. Véase el caso Bárcenas.

    ResponderEliminar
  2. Alfredo, coincido contigo en que el electorado del PP aguanta lo que le echen. Pero este escándalo le va a hacer daño, no porque Feijóo tenga responsabilidad directa, sino porque su partido sí la tiene. Además, le quita fuerza a su estrategia de descalificaciones continuas.
    Respecto a si hay delito, en mi opinión no por aprobar leyes que reduzcan impuestos, pero sí por recibir dinero a cambio. En cualquier caso, la investigación no ha hecho más que empezar.

    ResponderEliminar

Cualquier comentario a favor o en contra o que complemente lo que he escrito en esta entrada, será siempre bien recibido y agradecido.