Que quede claro que yo, en cualquier caso, siempre antepondré
la consideración de seres humanos que me merecen los inmigrantes a cualquier
otra. Pero esta premisa no me impide reconocer que las avalanchas de
inmigrantes que llegan a nuestro país y la obligada concentración de menores en
centros inadecuados y mal dotados de recursos para atenderlos originen problemas
de convivencia. La mayoría de los ciudadanos no sufrimos las consecuencias en
primera persona, pero sabemos que hay vecindarios que viven en constante alarma
por la presencia de “centros de MENAS” en su proximidad. No se me ocurre decir
que se trate de delincuentes, pero qué duda cabe que cualquier grupo de
adolescentes desatendidos y con niveles de formación bajos pueden
potencialmente crear conflictos.
Por eso, si a la obligada defensa de los derechos humanos unimos que
España para mantener su desarrollo económico necesita inmigrantes, está claro
que hay que activar protocolos de asimilación y de atención adecuados. Por
supuesto que estos planes cuestan dinero, pero, visto desde una perspectiva económica,
el retorno de la inversión está garantizado. Los partidos políticos, en vez de
enzarzarse en discusiones sectarias sobre el trato que hay que dar a los
inmigrantes, deberían ponerse de acuerdo en promover políticas, no sólo de
asilo, sino sobre todo de asimilación. Porque se trata de una necesidad
nacional.
Lo que sucede es que ahora todo está enmascarado por la
suicida confrontación entre progresistas y conservadores, los primeros
defendiendo la inmigración contra viento y marea y los segundos pidiendo que se
les impida la llegada a tiros si fuera necesario. No hay realismo por ninguna
de las partes, porque la izquierda no debería dar la espalda a los conflictos
sociales que una inmigración descontrolada puede originar ni la derecha olvidar
que, además de que España necesita a los inmigrantes, son personas a
las que hay que tratar como se merecen.
Pero como vivimos tiempos de turbulencias políticas, de
anteposición de intereses partidistas a los que de verdad habría que atender sin
miopías ideológicas y sin mezquindades sectarias, lo cierto es que no parece que ni los
unos ni los otros estén dispuestos a aceptar el reto de arbitrar
políticas inteligentes de asimilación para los que llegan a nuestro país con el
único y legítimo propósito de mejorar su nivel de vida.
Los bosques se incendian por falta de medidas preventivas y
los inmigrantes se hacinan porque nadie es capaz de entender que se trata de un
fenómeno imparable al que hay que dar el tratamiento adecuado. Mientras tanto, todos a la gresca y la casa sin barrer.

¿Inmigrantes Legales o Ilegales?
ResponderEliminarSi estamos hablando de inmigrantes ilegales y España necesita traer gente inmigrante como comentas y parece que es una realidad, que nuestros sesudos e inteligentes políticos adapten y/o modifiquen las leyes, para que lo normal sea la "inmigración Legal" y no tener el calvario diario de la inmigración exclusivamente ilegal.
"Las leyes están para cumplirlas" y salvo en los casos que comentas de derechos humanos (que conviene matizar , definir e incluir en las leyes), el resto de la inmigración debería tener clara su situación en la legislación europea y en la española.
Este asunto no debería ser noticia en todos los telediarios un dia si y otro también.
A mí no me gusta el término inmigrante ilegal, prefiero el de irregular. Dicho esto, todos los inmigrantes están en situación irregular cuando llegan. No tiene papeles.
ResponderEliminarLas leyes están ahí, muchas de ellas de rango europeo, sin olvidar la Declaración de Derechos Humanos de la ONU.
La realidad es que los inmigrantes llegan y seguirán llegando, que se necesitan para garantizar nuestro progreso económico y que la miopía de los políticos está convirtiendo en un problema lo que debería tratarse con inteligencia, poniendo en práctica políticas de asimilación dotadas del correspondiente presupuesto económico.