1 de junio de 2015

Un alto en el camino

A finales del año pasado decidí poner en marcha un blog con el propósito de ir plasmando en él cuantas ocurrencias me vinieran a la mente, fueran éstas de carácter social, político, filosófico o simplemente literario, en realidad un revoltijo de ideas tomadas al vuelo de mis vivencias, unas procedentes de la realidad cotidiana y otras extraídas de los pliegues de mis pensamientos.

Ahora, cuando han transcurrido seis meses desde aquel 9 de diciembre de 2014, fecha en la que publiqué mi primera entrada bajo el título de Apertura, he decidido hacer un alto en el camino, sin oír más consejos que los que me dicta mi propia conciencia. Una serie de circunstancias, entre las que figuran por una parte la proximidad de la etapa veraniega y por otra un proyecto literario de más largo recorrido que los que caben en estas páginas, me recomiendan tomarme un respiro. Espero, no obstante, reanudar los escritos en el blog dentro de unos meses, allá por octubre.

Durante este semestre he publicado 80 entradas, casi todas bajo los epígrafes de opinión o pensamiento, aunque debo confesar que algunas veces no tuviera clara la diferencia entre lo que se opina y lo que se piensa. Además, el blog me ha permitido poner a disposición de mis amigos dos relatos de viajes, Viaje al centro de la Historia (Malta) y La sombra del Nilo (Egipto).

Aunque la Estadística constituya esa ciencia por la cual si tú te tomas dos pollos y yo ninguno hemos comido uno cada uno, a veces es bueno utilizar los datos que nos suministra para tener al menos una visión de conjunto de lo que está sucediendo. Durante estos seis meses se han registrado 3.750 visitas al blog, supongo que repartidas entre unos treinta lectores, más o menos asiduos, y otros tantos esporádicos, aunque esta última cifra no tenga más soporte que el de mi propia intuición, basada, eso sí, en el contacto que mantengo con el entorno que me rodea.

Desde mi punto de vista, la experiencia de esta primera etapa ha sido enriquecedora, entre otras cosas porque he recibido muchos comentarios fuera del blog, algunos de coincidencia con mis reflexiones y otros de discrepancia, pero en cualquier caso todos de gran utilidad. Digo fuera del blog, porque dentro figuran cerca de un centenar, lo que se explica fácilmente si se tiene en cuenta que la mayoría de los lectores son poco proclives a expresar sus opiniones en público. Por eso quiero aprovechar para agradecer aquí su aportación a los que por diferentes medios me han hecho llegar sus impresiones, y también, por supuesto, a los que han dejado sus comentarios en el blog.

Nada más, queridos lectores y a pesar de todo amigos. Espero volver a las andadas dentro de unos meses, con la mente más despejada y con un panorama político muy diferente al que dejo ahora, o quizá no tan distinto.