30 de mayo de 2025

España se ha quedado sin derecha


Si yo tuviera veinte años menos y por tanto más energía, pensaría muy en serio reunirme con algunos de mis amigos de derechas y proponerles que crearan un nuevo partido conservador. Creo que en estos momentos se dan todas las condiciones para emprender una aventura de tan altos vuelos, porque el país se ha quedado sin una formación política que represente a los conservadores moderados. La deriva del PP hacia las posiciones de Vox los ha dejado huérfanos. Hoy en día es difícil distinguir los mensajes de Feijóo de los de Abascal, por mucho que el primero intente introducir diferencias, porque salvo algún matiz, más estético que político, los dos dicen lo mismo.

A pesar de que como progresista las tesis conservadoras no me han convencido nunca, siempre he creído que un país civilizado necesita disponer de un partido de derechas que sirva de contrapunto a las veleidades de algunas izquierdas propensas a la demagogia y al populismo. Pero lo que tenemos en este momento como oposición, esa especie de coalición “antisanchista”, más preocupada en remover el fango que en hacer política, no cumple con su responsabilidad constitucional y, en consecuencia, no sólo envalentona a los radicales del otro lado, sino que además pierde toda su fuerza por la boca.

Pero como no creo que nadie se atreva a refundar la derecha, no tendré más remedio que confiar en que en algún momento la dinámica política corrija esta debacle del PP de Feijóo, que parece no haber entendido cuál es su lugar en el juego democrático. Da la sensación de que no pretenden ganar elecciones, sino asaltar el poder, caiga quien caiga. Lo que está haciendo no es oposición, sino pelea barriobajera con muy mal estilo.

La convocatoria de un congreso del PP en el próximo mes de julio me hace pensar que ya existe en las filas populares alguna inquietud respecto a su futuro inmediato, pero tengo la sospecha de que no va a ser más que un montaje para seguir adelante con los mismos planteamientos, aunque para disimular se vean obligados a cambiar algunos nombres de la ejecutiva. Atentos a Esteban González Pons.

Ojalá se produzcan cambios, porque estoy convencido de que así no se puede continuar. España, vuelvo a decirlo, necesita una derecha civilizada, una formación conservadora que haga crítica política y que presente propuestas alternativas. El gobierno actual, al no recibir críticas sobre su gestión, sigue su línea programática sin demasiadas dificultades, sólo preocupado por desmentir acusaciones de carácter personal no probadas, lo que desde un punto de vista democrático no es bueno para el país. En el parlamento hay que debatir soluciones, en vez de utilizar los escaños para lanzar dardos envenenados de carácter personal y no político.

Mucho me temo que mi pretensión de recuperar una derecha civilizada y no una tendencia política heredera del franquismo sociológico no sea más que una quimera, una ensoñación utópica. Durante unos años funcionó la alternancia entre dos modelos diferentes, a los que por simplificar se denominaba centro derecha y centro izquierda. Había diferencias sustanciales entre sus propuestas, pero eran de carácter político, no se basaban en acusaciones judiciales. Para lo primero está el parlamento, para lo segundo los tribunales de justicia. Pero ahora todo se confunde, la derecha se ha echado al monte y la izquierda, cada vez más dividida, navega por mares procelosos, algo desorientada.

No, España no se merece esto.

25 de mayo de 2025

El cobarde silencio de los corderos

Lo que está sucediendo en Gaza clama al cielo. Ataques sistemáticos a la población civil de manera indiscriminada y cierre absoluto de las fronteras para evitar que llegue a las víctimas de la barbarie ayuda humanitaria. Pero lo peor de todo, el silencio cómplice de los países occidentales, incluida la Unión Europea, cuando no mensajes de apoyo a Israel, justificando el genocidio como derecho a la autodefensa tras el brutal ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023.

Pedro Sánchez, que en su momento reconoció el estado de Palestina, ha sido uno de los pocos líderes occidentales que se ha atrevido a alzar la voz contra esta barbarie, recibiendo en consecuencia criticas abiertas o medio veladas de algunos líderes de la oposición. Incluso alguno de ellos, como Núñez Feijóo, le acusa de desviar la atención a sus problemas mediante una maniobra de distracción. Isabel Díaz Ayuso ha ido a más, tachándolo de antisemita.

Es verdad que cuando escribo estas líneas parece que algo empieza a moverse en las conciencias europeas, pero con tanta timidez que todo me hace pensar que al final la reacción se quede sólo en palabras, porque sospecho que no hay voluntad de enfrentarse abiertamente a los desmanes cometidos por el gobierno de Netanyahu, ni siquiera en el plano diplomático.

La globalización ha originado que las relaciones comerciales del mundo occidental con Israel sean, no sólo cuantiosas en cantidad, sino también sensibles en calidad, sobre todo en el ámbito de la defensa. De ahí la resistencia que se observa en determinados ambientes a la ruptura de los contratos de importación en vigor, porque no cabe la menor duda de que puede afectar a la seguridad nacional. Si a eso le añadimos que los servicios secretos de Israel gozan de un enorme prestigio por su eficacia y su demostrada capacidad para intervenir en los asuntos internos de otros países, el temor a tomar medidas drásticas se entiende perfectamente.

Pero la situación ha llegado a unos extremos que no permite guardar más silencio. Todos los días pasan ante nuestros ojos escenas de la masacre que se está perpetrando en Gaza. A los muertos y a los heridos por los disparos, ahora empiezan a acumularse las víctimas de la hambruna, niños famélicos sin ni siquiera fuerzas para comer y una población desnutrida, sin techo donde guarecerse, sin medicinas y sin hospitales. Una tragedia humana de proporciones dantescas.

La inestabilidad y las guerras en el Próximo Oriente se vienen sucediendo desde la creación del Estado de Israel, pero las características del actual conflicto en nada se parecen a las de los anteriores, porque ahora no hay un frente y unos ejércitos que combatan entre ellos, sino una población civil de cerca de dos millones de personas, sometida a los ataques sistemáticos de los tanques y los cañones israelíes.

La barbarie es tal, que estoy completamente seguro de que habrá un antes y un después. La situación actual, caracterizada fundamentalmente por la presencia al frente de los destinos de Israel de un gobierno de ultraderecha y por un apoyo incondicional de la actual administración americana, cambiará algún día. Pero la  indignación que esta situación está produciendo en las conciencias palestinas y en las de la población de los países musulmanes simpatizante de su causa, hace temer que lo que está consiguiendo Netanyahu no es defender su país del terrorismo de Hamás, sino crear un clima irreversible, condenar a su país a una suerte de inseguridad que perdurará durante decenios.

Me reafirmo en la única hipótesis que yo considero posible, en la necesidad de crear dos estados que convivan en la mejor de las armonías posibles bajo los auspicios de la ONU.

22 de mayo de 2025

Parcos en palabras, pródigos en emoticonos

No sé si he escogido bien el título. En realidad, de lo que quiero hoy hablar es de cómo las nuevas modas están destrozando la escritura. Creo que la idea me ha venido como consecuencia de esa nueva costumbre de comunicar un comentario mediante un “Fulanito reaccionó con un…” y la correspondiente inserción de un emoticono en una conversación de WhatsApp. A mí me da la sensación de que quien elige el monigote juega a aquello de “pinto, pinto, gorgorito”, pasea el dedo índice sobre el cuadro que los contiene y pincha el primero que encuentra.

Confieso que esta costumbre me despista mucho, porque nunca sé si se trata de una crítica o de una alabanza. Por ejemplo, el otro día, después de escribir un artículo en este blog de estilo e intención irónicos y de haber comunicado en un WA a mis amigos que lo acababa de publicar, alguien “reaccionó” con uno de esos monigotes, con los ojos desorbitados y expresión de sorpresa. Todavía, después de haberle dado muchas vueltas a la intención de mi comunicante, no sé qué quería decir, que le sorprendía la ironía o la malévola intención que se ocultaba tras mis palabras o que no había entendido nada.

Seguramente esta persona estará convencida de que con una minúscula caricatura adosada a uno de mis mensajes ha sido capaz de trasmitirme toda una crítica literaria. Pero lo cierto es que me ha dejado en la mayor de las incertidumbres, de la que jamás saldré, porque es evidente que nunca me atreveré a preguntarle qué demonios quería decirme con el emoticón de marras.

Otras veces me llega un besito o un corazoncito e incluso alguna flor. Me quedo pasmado, porque descubrir la intención del remitente me resulta difícil, por no decir imposible. Pero cuando veo lágrimas, la cosa se pone peor, porque me queda la duda de si habré entristecido su ánimo o me estará trasmitiendo que lo que he escrito es digno de conmiseración por su falta de claridad.

Me pregunto por qué algunos abandonan las palabras de nuestro rico idioma y se refugian en los emoticonos. Puede que sea por brevedad, por no perder ni un segundo en teclear. Aunque sospecho que muchos lo hagan por mimetismo, por una especie de intento de parecer jóvenes, ya que se lo han visto hacer a sus hijos o a sus nietos. Deben de pensar que si se suben al carro de la modernidad nadie dudará de que están en la cresta de la ola de los nuevos tiempos.

De eso de ahorrar palabras sustituyéndolas por abreviaturas o por signos aritméticos, prefiero no hablar, porque estoy seguro de que mi opinión heriría más de una sensibilidad. No acabo de entender que en vez de porque se ponga pq o, lo que todavía es peor, xq. Sí, ya sé que es más corto, ¿pero qué necesidad hay de recurrir a la taquigrafía?

Llegado a este punto, y soltados mis demonios, que cada uno escriba como le dé la gana. A mí cualquier comentario que me llegue siempre me gustará, incluso cuando consista en Fulanito reaccionó con un monigote. Aunque no entienda la intención, preferiré pensar que se trata de un halago y no de una crítica.

19 de mayo de 2025

Apaga y vámonos

 

A mí el apagón me sorprendió en una terraza a la hora del aperitivo, cuando me disponía a tomar una cervecita, esperando a mí mujer que había ido a hacer unas compras. Al intentar llamar con el móvil, me di cuenta de que algo extraño sucedía. Cómo siempre que me falla un dispositivo, empecé a sentir el vértigo que produce en mi ánimo encontrarme de repente con la sensación de no saber qué hacer para resolver el problema. Pero de repente oí en la mesa de al lado unas voces que decían que se había producido un apagón general en España y en parte del extranjero, lo que me tranquilizó. No era mi teléfono, era una caída de la red de alta tensión por causas desconocidas. No era yo, era el país entero. Menos mal.

Pero la conversación de los de aquella mesa, un grupo de tres hombres con apariencia por su edad de jubilados, no sólo me puso al corriente de las causas de que mi móvil no funcionara, sino que además señalaron al responsable, por supuesto a Pedro Sánchez. Frases como es un inepto y estoy seguro de que cuando deje el poder irá directamente a la cárcel, sólo fueron el inicio de una larga retahíla de acusaciones, entre las que destacaría la que hacía referencia a los millones de euros que el presidente del gobierno está invirtiendo en la República Dominicana. El camarero que los atendía, al parecer dominicano, dio fe de la grave acusación, asegurando que se había comprado en su país una provincia entera. Uno de los jubilados dijo entonces con manifiesta clarividencia, éste que es de allí lo tiene que saber muy bien.

Como nosotros teníamos en casa el kit de supervivencia, quiero decir una vieja radio de pilas, velas suficientes y la nevera bien surtida, pasamos las nueve horas que duró el apagón sin grandes angustias, más o menos informados de lo que estaba sucediendo y por tanto muy tranquilos. Nos enteramos sorprendido de que algunas comunidades habían solicitado que el gobierno asumiera la responsabilidad de hacer frente a las amenazas, emulando ese juego tan divertido que se llama “tú la llevas” y siguiendo la conocida estrategia de los éxitos son míos y las dificultades te las traspaso. Aunque es posible que también estuviera presente en sus conciencias el complejo Mazón o síndrome de la DANA. Concretamente, doña Isabel Díaz Ayuso pidió que se desplegara el ejército por las calles de Madrid para evitar saqueos, algo que casaba muy mal con la experiencia que habíamos vivido el par de horas que nosotros estuvimos dando una vuelta antes de volver a casa. Tranquilidad absoluta, tráfico lento, pero sin grandes complicaciones y, sobre todo, colaboración ciudadana. Está claro que a la presidenta de Madrid le encanta la presencia de militares, ya sea en los desfiles o patrullando por las calles.

Pero aquello no había hecho más que empezar. Esta oposición responsable y colaboradora que disfrutamos en España desde hace un tiempo no iba a perder la ocasión -hasta ahí podíamos llegar- de atacar al gobierno. Acusaciones de falta de información, insinuaciones de que el gobierno sabía lo que había sucedido pero no le interesaba decirlo, ataque a las renovables, defensa de las nucleares y toda una panoplia de improvisaciones sin fundamento, muy al estilo de su discurso en los últimos años.

El señor Abascal fue todavía más allá, resumiendo con brillantez retórica su opinión de que el apagón sólo tenía un culpable, Pedro Sánchez. Para qué gastar más saliva, cuando con un solo nombre se resume toda una casuística técnica. Leña al mono, don Santiago, y al que le pique que se rasque.

Del robo de cables de cobre hablaré otro día, aunque cuando lo redacte seguramente diré lo mismo que he dicho en éste, porque las monsergas se repiten una y otra vez, en una secuencia ininterrumpida de actitudes infantiles. ¿Por qué no harán oposición útil? ¿No será que no saben?

15 de mayo de 2025

Váyase, señor Sánchez

Hay políticos a los que les cuesta mucho permanecer callados tras su paso por el poder, pero si tuviera que destacar a uno sería a José María Aznar, un personaje que desde dejó La Moncloa no ha dejado de seguir soltando improperios por esa boquita que Dios le ha dado. Da la sensación de que aquella machacona solicitud de “márchese, señor González” le dejó tan buen sabor de boca, que muchos años después, cuando ya no es más que un espectro político, en cuanto le dan cancha continúa con letanías similares.

Hace unas semanas, en el congreso del PP europeo en Valencia, se le llenó la boca de insultos, descalificaciones y símiles catastrofistas contra el presidente del gobierno, a cuyo gabinete calificó de moribundo, todo ello frente a mandatarios foráneos. El patriotismo, José María Aznar, se lo pasa por el forro. Si no fuera porque su imagen resulta extravagante, una mezcla de rostro inexpresivo y de discurso hueco, con sus mensajes podría estar haciendo mucho daño a la imagen del país, porque al objeto de sus desvelos no creo que tanta iniquidad le cause mella.

Habría que recordarle al presidente de FAES determinados episodios sucedidos bajo su mandato, aunque estoy convencido de que no serviría de nada, porque debe de considerar que su figura está por encima del bien y del mal.

¿Se le han olvidado los 64 militares fallecidos en el accidente del Yak 42? Quizá, pero fue una auténtica catástrofe causada por la incompetencia de su ministro de defensa al fletar un avión manejado por una sociedad pirata, sin ninguna garantía de seguridad. ¿Se acuerda de lo que sucedió después con la repatriación de los cadáveres? Las precipitaciones por tapar todo aquel espectáculo que dejaba muy mal a su gobierno, originaron que los cuerpos ni siquiera llegaran a España debidamente identificados, con la consiguiente indignación de sus familiares cuando, al abrir los féretros, lo comprobaron.

De lo de las bombas en los trenes de cercanías para qué vamos a hablar. Después de que empezaran a acumularse pruebas de que se trataba de terroristas yihadistas, el señor Aznar y sus portavoces mantuvieron durante un tiempo la versión de que había sido ETA, porque reconocer que su irresponsable entrada en la guerra de Irak podía estar detrás de aquella barbarie no favorecía los interese electorales de su partido.

Por cierto, de la guerra de Irak y de sus consecuencias prefiero no hablar, porque es uno de los mayores disparates políticos que yo he visto cometer a un presidente del gobierno español desde que volvió a España la democracia. Mentira tras mentira para justificar aquella innecesaria invasión, que sólo beneficiaba los intereses de Bush y que causó la muerte de miles de seres humanos..

¿Cómo se atreve el señor Aznar con estos brillantes antecedentes a alzar la voz contra el legítimo gobierno de España en un congreso internacional?

¡Cállese usted, señor Aznar!

11 de mayo de 2025

Los chulapos de pelotón de doña Isabel

Dada la deriva de rebeldía nacionalista y separatista que está tomando el rumbo de las decisiones de Isabel Díaz Ayuso al frente de la Comunidad de Madrid, el otro día me dio por pensar que quizá en cualquier momento nos anuncie que ha decidido crear un cuerpo de policía autonómica. El problema puede que venga a la hora de elegir el nombre. Por supuesto tendría que ser en castellano, cuya pureza defendía la flamante oficina que creó doña Isabel para colocar al ilustre Toni Cantó a su frente. Además, debería ser de rango superior al de los mossos d´escuadra, porque no me imagino que la señora Díaz Ayuso esté dispuesta a quedar por debajo de otras autonomías. Como pelotón es más que escuadra y la palabra chulapo goza de gran prestigio en la capital de España, llego a la conclusión de que un nombre muy adecuado sería el de “chulapos de pelotón”.

La elección del uniforme podría ser causa de conflictos. Los mossos lo solucionaron muy bien, con esa boina que recuerda una barretina, perfecta conjunción entre marcialidad y tradición. Los “chulapos de pelotón” deberían por tanto vestir algo que recordara la tradicional gorra chulapa a cuadros, sin olvidar los típicos claveles verbeneros.

Respectos a los rangos en el escalafón, la cosa se complica algo. Sólo a modo de sugerencia, se me ocurre que la palabra isidro no puede faltar.  Los comisarios podrían ser isidros superiores, los mandos intermedios isidros mayores y los policías de a pie isidrillos, que ascenderían con el tiempo a isidrillos de primera.

Los distintivos de rango no ofrecen tanta dificultad, porque como los galones están ya muy vistos, podrían componerse a base de combinaciones de osos y madroños. Por ejemplo, un isidro superior tres osos en la gorra o en la bocamanga, los mandos intermedios uno o dos y los últimos en el escalafón, los isidrillos y los isidrillos de primera, un madroño y dos respectivamente.

Resuelta las siempre complicadas uniformidad y orgánica de un cuerpo de policía autonómica, nos encontraríamos con la elección del nombre de las dependencias policiales, porque a doña Isabel no le gustaría que se denominaran comisarías, ya que al fin y al cabo es el que usa la policía nacional y ya sabemos que ésta está a las órdenes del gobierno central. Por tanto, podrían denominarse "chulaperías" y habría tantas como distritos en la capital y pueblos en la comunidad. Decididamente, "chulapería de distrito" suena bien. Aunque en los pueblos también podría servir "cuartelillo de chulapos de pelotón".

En cuanto al himno –todo cuerpo uniformado tiene uno- podría ser la música de la Verbena de la Paloma. A mí personalmente me encanta lo del mantón de la China-na China. Aunque, como su ritmo no es muy adecuado para los desfiles y los “chulapos de pelotón” tendrían que desfilar el 2 de mayo frente a la presidenta, junto a los bomberos y otros cuerpos de élite, se me ocurre que quizá aquello de banderita tu eres roja, banderita tu eres gualda, que cantaba Celia Gámez por los escenarios madrileños, podría ser muy adecuado.

Tengo que darle alguna vuelta más a estas ideas. Quedan algunos flecos por definir y no me gustaría que la propuesta le llegara a doña Isabel antes de que esté perfectamente perfilada. Miguel Ángel Rodríguez la pararía, ya que sabe muy bien que su jefa es muy perfeccionista para sus cosas.

7 de mayo de 2025

Sede Vacante

Empezaré confesando que, a pesar de que no soy creyente, siempre he sentido un gran interés por el mundo que se oculta tras los muros de la Ciudad del Vaticano, lleno de intrigas palaciegas, de disimuladas ambiciones y de soterradas luchas por el poder, todo bajo el paraguas de una exquisita diplomacia y de una férrea capa de cautela, características que, a pesar de la turbulenta historia de la Iglesia, ha permitido su supervivencia a lo largo de los siglos. Algunos achacan esta continuidad a la divina protección del Espíritu Santo, pero en mi opinión las explicaciones están mucho más cerca de la condición humana.

Hoy voy a centrarme en uno de sus personajes, en la figura del papa Francisco, tan elogiada en los últimos días, como si su presencia en el Vaticano hubiera provocado un auténtico cambio de rumbo en la marcha de la Iglesia. Yo, debo decirlo, le he tenido siempre una cierta simpatía como persona, porque quizá haya visto en él gestos más humanos o más cercanos a sus contemporáneos que los que veía en los papas anteriores. Pero tengo el convencimiento de que las estructuras de la Santa Sede no se han movido de su milenaria posición ni un ápice, no como consecuencia de que fuerzas ocultas se hayan opuesto a las recomendaciones del papa, sino porque Jorge Bergoglio no ha hecho nada que incomodara el estatus vaticano. Sólo algunas palabras, muchas de ellas por cierto sacadas de contexto.

Como este es un tema que daría mucho de sí, hoy voy a limitarme a analizar tres aspectos concretos de su pontificado: la posición de Francisco frente a la pobreza, su consideración sobre la presencia de la mujer en la Iglesia y su actitud respecto a los homosexuales.  Como muestra un botón, dice el proverbio, pero yo traigo hoy tres. Vayamos por partes.

Respecto a la pobreza, se estima que el patrimonio del Vaticano oscila entre 10.000 y 15.000 millones de dólares, una cifra que llama la atención por su volumen. Sin embargo, yo no he visto a lo largo del último pontificado nada que se corresponda con aquella frase del papa, cuando dijo que quería una Iglesia pobre para los pobres. Es más, en los numerosos conflictos que asolan nuestro planeta, que destruyen vidas humanas y aumentan la pobreza donde ya la había, no he observado ninguna ayuda procedente de la Santa Sede para paliar la situación y, sobre todo, para dar ejemplo. Por si fuera poco, el boato que hemos podido contemplar en los funerales de Francisco se compadece muy mal con el concepto de pobreza. Una ostentación muy alejada de los mensajes evangélicos, a pesar de la simbólica sencillez del ataúd.

En cuanto a la presencia de la mujer en la jerarquía eclesiástica, el papa Francisco no ha hecho nada de nada, más allá de decir, como le oí en una entrevista televisiva, que la iglesia era femenina. Pero las mujeres siguen relegadas a papeles secundarios, en mitad de una organización machista donde las haya. La posibilidad de que ellas accedan al sacerdocio ni se contempla.

Por último, la famosa frase de quién soy yo para juzgar a los homosexuales, que, según el testimonio de algunos periodistas que la oyeron en directo saltó a la prensa completamente truncada, no casa con la recomendación a los padres de que llevaran a sus hijos a un psicólogo cuando observaran en ellos algún signo de "confusión" sexual. Blanco y en botella, porque los psicólogos tratan desórdenes mentales. Cuando escribo esto, me viene a la memoria aquella curiosa recomendación del papa Francisco, cuando dijo aquello de que no accedieran al sacerdocio homosexuales, porque ya había bastante mariconeo en los seminarios. 

Mantengo lo que dije al principio. El papa Francisco fue un personaje que me resultaba simpático por su cercanía y su campechanía, pero sin embargo opino que su paso al frente de los destinos de la Iglesia no ha supuesto ningún cambio en el lento caminar del espíritu vaticano, ni mucho menos una revolución como alguno de sus hagiógrafos trata de defender. Por eso, creo que se le está dando demasiada importancia a cómo será su sucesor. Sea quien sea, supongo que introducirá pocos cambios y ninguno sustancial.



3 de mayo de 2025

Los militares no son un adorno

La polémica surgida en torno a la ausencia de las Fuerzas Armadas en los actos de conmemoración de la fiesta del 2 de mayo en Madrid, me da pie para reflexionar sobre una idea que tengo desde hace muchos años y que hasta ahora nunca me había decidido a manifestar por escrito. Siempre he pensado que los militares no deberían participar como institución en ningún acto publico que no sea estrictamente castrense y de carácter nacional, es decir, ni en los civiles que no reúnan estas condiciones ni en los religiosos.

Las imágenes tan repetidas todos los años del Cristo de la Buena Muerte en brazos de los legionarios, nunca me han gustado, porque comprometen la neutralidad del ejército. Esa mezcla de bravura militar y de religiosidad me parece una manipulación del espíritu castrense a favor de una parte de la sociedad, la de los creyentes o la de los que defienden la tradición de las procesiones.

Cuando veía a la señora Díaz Ayuso años anteriores pasar revista a las tropas y después contemplar su desfile desde un podio frente a las dependencias de la Comunidad de Madrid, se me antojaba una burda imitación de la imagen de un jefe de estado el día de la fiesta nacional de su país. Posiblemente era lo que ella buscaba y no entiendo que hasta ahora el gobierno se lo haya consentido.

El ejército ni es un adorno ni está al servicio de ningún político. Los militares no son mayorettes. Por tanto, utilizar su presencia con soterradas intenciones partidistas es un fraude que hay que evitar, por la propia dignidad de la institución militar y por la salvaguardia de la imagen de su neutralidad. No es propiedad del gobierno, como dice la ilustre presidenta de Madrid, pero sí está a sus órdenes, como indica la Constitución. Su presencia no debe responder al capricho de un político ni al del presidente de una cofradía de penitentes.

Hay polémicas que vienen muy bien porque actúan como revulsivos de situaciones de hecho que no se sustentan en ninguna legalidad. Por tanto, bienvenida la provocada por la supresión de la parada y consiguiente desfile militar frente a doña Isabel Díaz Ayuso, porque, si sirve de ejemplo, no volveremos a ver situaciones como éstas nunca más.