Como suelo hacer a veces, he consultado en el diccionario de la Academia la palabra neologismo, no porque no estuviera seguro de su significado, sino como consecuencia de que cuando me meto en camisa de once varas me gusta ser preciso. No debo permitirme caer en errores de bulto, porque hay quienes andan a la caza del gazapo.
Neologismo significa exactamente “Palabra o expresión de nueva creación en una lengua”. Además los académicos, como aclaración, añaden que pueden surgir por composición o derivación, como préstamo de otras lenguas o por pura invención. Pues bien, de neologismos de pura invención va el artículo de hoy.
Hace unos días tuve una curiosa experiencia. Una española, residente desde hace muchos años en países de habla no española y de sólida formación humanística, me confesó que cada vez que volvía a España se encontraba con nuevas expresiones en nuestro idioma, cuyos significados eran para ella totalmente desconocidos. Los cambios que para los que vivimos aquí pasan casi desapercibidos, porque los vamos asimilando sin darnos cuenta, a los que retornan y se sumergen de nuevo en la lengua española hablada les llaman la atención, unas veces por su originalidad y otras por su vulgaridad.
Aunque me considero un purista del idioma español y tolero muy mal su constante degradación, reconozco también que los idiomas están vivos y que son los hablantes quienes los van modificando. Añadir nuevas expresiones, siempre que no atenten contra las normas gramaticales, es absolutamente aceptable, porque en realidad es así como se ha ido formando el idioma que hablamos en estos momentos. La persona que he citado arriba, si en vez de haber nacido en el siglo XX, procediera del XVII, hubiera necesitado, no ya una aclaración sobre el significado de algunos neologismos, sino un traductor que no se moviera de su lado.
Decía arriba que los neologismos llamaban la atención unas veces por su originalidad y otras por su vulgaridad. Asegurar que “va a ser que no” para negar algo me parece un retorcimiento del lenguaje muy ramplón, por mucho que quienes usan la frase se consideren graciosos. De la misma manera que expresar aquello de “sí o sí” para enfatizar una afirmación me produce la sensación de carencia de vocabulario, de falta de viveza en el habla. Son puras invenciones absolutamente innecesarias. Quien las dijo por primera vez pudo ser original en su momento, pero los que las repiten constantemente tienen muy poco de singulares.
No quiero ni pensar qué opinará la persona citada arriba cuando oiga “currante” o “colegui” o “trullo”, o esas otras de “segurata” o “bocata”. Quizá piense que, mientras ella ha estado fuera de nuestro país, aquí nos haya invadido alguna potencia extranjera que, entre otras cosas, nos ha impuesto su idioma. No creo que se le ocurra pensar que se trata de neologismos, sino que por el contrario llegará a la conclusión de que nuestro idioma anda enfermo.
En cualquier caso, esto de la vulgaridad de los neologismos es un pecado venial si los comparamos con la progresiva degradación de nuestro idioma. ¿Cómo se puede aceptar que probos presentadores de radio o televisión digan a sus corresponsales en directo que tienen que cortar la comunicación porque no los escuchan? Ignoran el exacto significado del verbo escuchar, que en un alarde de ignorancia confunden con el oír, cuyo sentido es diferente. En realidad, lo que le están diciendo a su compañero de trabajo es que son tan mal educados que han dejado de prestarles atención. Aunque seguramente el aludido, en vez de tomárselo a mal, le dirá a su técnico de sonido: “a ver si arreglas esto porque en el estudio no me escuchan bien”.
No sé por qué me meto en estos temas del hablar, cuando soy consciente de que el deterioro de nuestro idioma no hay quien lo arregle ya. Puede que no sea más que el derecho al pataleo.
Luis el neologismo es "pues va a ser que no", que hasta el "Wordreference" lo traduce al inglés como tal dando como resultado "I'm afraid not". Y es que ese "pues" le da fuerza a la frase.
ResponderEliminarLo que desconozco es que si en inglés ese "I'm afraid not" es también un neologismo.
Te dejo el enlace:
https://www.wordreference.com/es/en/translation.asp?spen=pues+va+a+ser+que+no
Angel
Ángel, ess cierto: anteponer "pues" le da fuerza y, también, desde mi punto de vista, mayor vulgaridad. En cuanto al "I´m afraid not", no sé si se trata de un neologismo, pero yo aprendí esta construcción gramatical hace ya muchos años. Su traducción no sería "va a ser que no", sino "me temo que no".
EliminarDe los ejemplos de neologismo que mencionas, sólo me queda duda respecto a "segurata". Lo digo porque no se me ocurre una palabra en español para designar al empleado de una compañía de vigilancia a quien se encomienda velar por la seguridad de cierto lugar. Admito sin embargo que el término es poco musical; no lo imagino en un poema.
ResponderEliminarAlfredo, en español siempre se ha dicho vigilante o guarda. A mí me parece que encajan perfectamente en la idea de quien por cuenta ajena vela por la seguridad de un lugar.
EliminarAntes a los "seguratas" de la RENFE se les llamaba "escopeteros", pero es que iban armados de (o con) una escopeta.
EliminarAhora creo que se les llama "vigilantes de seguridad". Claro que no sé si en inglés, su "security guard" también tiene una neologismo de una sola palabra, o necesita dos como nosotros.
Escopetero es a escopeta lo que fusilero a fusil. Dos vocablos españoles aceptados por la Academia, aunque el primero esté en desuso. En cualquier caso, mucho más bonitos que "segurata", que además tiene un sentido despetivo.
EliminarHe querido decir despectivo. Con esta aclaración le ahorro trabajo a los cazadores de gazapos tipográficos, a quienes saludo con cariño.
EliminarPara eso debe estar el Diccionario de la Real Academia española de la lengua que, según su propósito "limpia, fija y da esplendor", y como forma, también,de no perder de vista la lengua española que se habla en el continente americano y en otros puntos más lejanos aún como pudieran ser las Filipinas, en donde el español imagino que se terminará perdiendo con el tiempo. Me imagino que el que haya viajado a esas islas de las antípodas, le habrá costado entenderse con sus habitantes. Y es que, efectivamente, la lengua es algo vivo. Hoy día resulta difícil de entender, pongamos por caso, el Cantar del Mío Cid o a cualquier escritor español del Medievo.
ResponderEliminarFernando, lo que sucede es que la Academia a veces "fija" vocablos de dudoso gusto.
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