9 de agosto de 2023

El correo del zar

Ésta ha sido la primera vez en mi vida que he votado por correo, debido a que las circunstancias me han obligado a ello. Confieso que al principio estuve considerando la posibilidad de interrumpir mi veraneo durante unos días, porque, aunque jamás he considerado la posibilidad de que se manipulara fraudulentamente el servicio de Correos, temía que la aglomeración de envíos pudiera causar problemas en su habitual funcionamiento. Pero cuando empecé a oír las proclamas del señor Feijóo, en las que entre otras lindezas les prometía a los funcionarios afectados una paga extraordinaria, se me acabaron las dudas.

Bromas aparte, mi experiencia como la de millones de electores ha sido muy positiva. Tanto en el proceso de solicitud en una oficina de Madrid, como en la entrega en el domicilio señalado y como en la gestión definitiva en la sucursal de Chiclana he observado una eficacia extraordinaria, acompañada además de una amabilidad profesional digna de mención. A todos los funcionarios con los que traté les di las gracias, aunque tuve que contenerme para evitar decirles con ironía que don Alberto se lo pagaría.

Parece mentira cómo se puede rizar el rizo de la incompetencia. Pedir a los funcionarios que no obedecieran las órdenes de sus superiores y que se esmeraran en la entrega de los sobres electorales es, además de ridículo, estúpido. Prometer un dinero que no está en ese momento bajo tu control es prometer la luna. Lo que sucede es que cuando el nerviosismo se une a la falta de seguridad cualquier cosa es posible. Pero he visto tantas maniobras sucias en esta campaña, tanta falsedad y tanta ignominia que una más no debería sorprenderme.

Cuando oí a Feijóo aquellas peticiones a los funcionarios de Correos me acordé de Trump, siempre culpando a las instituciones de estar contra él. No sabía si reír o llorar. He sido testigo de muchas estulticias política a lo largo de mi vida, pero creo que nunca había visto una tan patética y ridícula como ésta. La teoría de la conspiración, una táctica política que consiste en sembrar dudas respecto al juego limpio del adversario político, ha planeado sobre nosotros durante toda la campaña. Correos y su dependencia de los estamentos oficiales han dado pie a que la oposición haya estado fomentando la ida de una supuesta manipulación del voto emitido a través de este procedimiento. Ya en las elecciones municipales y autonómicas el caso de Melilla dio lugar a que PP y Vox orquestaran al unísono una campaña contra Sánchez, culpándolo de estar detrás de los manipuladores. Luego, a la vista de los resultados, se callaron porque se quedaron sin argumentos. Pero en estas últimas han vuelto a las andadas, porque metidos en el juego sucio del descrédito a base de falsedades, bulos y mentiras poco costaba añadir una más.

La dirección de Correos y el conjunto de sus funcionarios han hecho un trabajo extraordinario. Yo desde aquí les felicito por ello.

 

3 comentarios:

  1. Me uno a las felicitaciones.
    Fernando

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  2. Es evidente que Fijóo fue insidioso, porque, aunque no dijera explícitamente que el voto por correo iba a ser aprovechado por el Gobierno para favorecer un pucherazo, provocaba que muchos creyesen que sí iba a haberlo. Comportamiento absolutamente criticable y peligroso.
    Ahora bien, Luis, decir inocentemente que la actitud de Feijóo te recordó a Trump es también un poco insidioso ¿no? Una cosa es decir algo insidioso y otra negar el resultado de las elecciones y convocar a una multitud violenta para protestar.

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  3. Alfredo, yo no menciono el asalto al Congreso, sino las acusaciones a las instituciones de estar manipuladas. Ni se me ocurre pensar que aquí y ahora se incite a las masas a la violencia.
    He releído el artículo y me reafirmo en lo que digo en él, que Feijóo me recuerda a Trump en esta faceta.

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