8 de abril de 2016

Viajeros y turistas

Es indudable que viajar por viajar, sin otro propósito que buscar entretenimiento, disfrute o distracción, se ha convertido en una de las aficiones favoritas de los ciudadanos de nuestro tiempo. Lo que antes sólo estaba al alcance de unas minorías privilegiadas, es ahora el hobby predilecto de muchos, de tal manera que resulta extraño encontrar a alguien que no te hable alguna vez de sus viajes, de sus desplazamientos a lugares distintos de los que frecuenta cotidianamente, estén aquellos fuera o dentro de nuestras fronteras.

Pero hay muchas maneras de hacerlo. Leí en una ocasión que es muy diferente viajar que hacer turismo, dicotomía quizá muy simplista, con la que el autor de la teoría no pretendía abarcar la extensa variedad de actitudes que pueden adoptarse ante un viaje, tan sólo incidir en los propósitos que guían a viajeros o a turistas. Según aquel escritor, mientras que el turista se acomoda a lo fácil y asequible, y suele visitar lugares, cuantos más mejor, sin prestar excesiva atención a lo que ve, el viajero busca hurgar en las raíces de la cultura que visita, porque le interesa más la categoría que la anécdota.

De acuerdo con esta clasificación, nada tendría que ver el perfil organizativo de un viaje y sí mucho el talante de quien viaja. Por poner un ejemplo muy sencillo, en un tour organizado, a bordo de un autocar que realice un cierto recorrido, podrían ir sentadas juntas dos personas, una de ellas un turista y la otra un viajero. Estarían contemplando el mismo paisaje, se dirigirían al mismo lugar de destino, pernoctarían en el mismo hotel y tendrían previsto regresar a su ciudad de origen el mismo día, pero una de ellas estaría empapando sus sentidos de sensaciones nuevas, de historia y de cultura, mientras que la otra se limitaría a ir almacenado en su mente con afán coleccionista nombres de lugares, sin interesarse demasiado en lo que hay detrás de cada uno. El primero estaría viajando y el segundo haciendo turismo.

Es sabido que las clasificaciones excesivamente simples adolecen por lo general de falta de rigor. Sin embargo, ésta, que se basa más en el sujeto que en las circunstancias que lo rodean, me parece interesante. Un mochilero, a pesar de la fama de aventurero que su manera de viajar arrastra, sería un perfecto turista si lo único que persiguiera fuera recorrer mundo, sin que le interesara demasiado el contenido de sus visitas. Mientras que un usuario de hoteles de cinco estrellas, coche con chofer esperándole en el aeropuerto, citas concertadas de antemano y equipaje voluminoso alcanzaría la categoría de viajero empedernido si el objetivo de sus viajes fuera conocer en profundidad lo que visita, aunque no abandone la comodidad cuando sale de su entorno habitual.

Conozco a muy pocos que se incluyan a sí mismos, con estas u otras palabras, en el grupo de los turistas, aunque en realidad la mayoría de los que ahora viajan pertenezcan a esta categoría. Muchos pretenden ser viajeros, auténticos aventureros en busca de El Dorado, cuando no pasan de ser simples turistas arrastrados por la vorágine de la moda. Legítima forma de viajar, qué duda cabe, y por cierto nada desdeñable, pero que no debe confundirse con la del auténtico viajero, con la de aquellos que buscan más allá de fotografiarse frente a la torre Eiffel, junto a la Fontana de Trevi, en la Quinta Avenida, recorriendo los fiordos noruegos o salpicados por las cataratas de Iguazú.

La pregunta del millón sería: ¿en qué categoría encajamos cada uno de nosotros a la hora de viajar? La respuesta en mi caso es que, aunque pretendo ser un viajero, no acabo de desprenderme del todo de las lacras del turista.

2 comentarios:

  1. Pues mira Luis, después de hablar contigo de tus viajes y de leer tus crónicas viajeras (Malta y Egipto) te veo como un viajero europeo de los del "Grand Tour" del siglo XIX, pero sin mayordomo. ¿O sí que lo llevas?
    Angel

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    1. Percibo una cierta ironía en lo del mayordomo, eso sí, cariñosa. Qué más me hubiera gustado a mí que parecerme a un Byron o a un Kipling,aun sin ayuda de cámara.

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