Una tal Alicia Rubio -escritora, de unos sesenta años de edad-, en una conferencia que no consigo identificar porque, como he dicho antes, lo que envía el “whatsapero” es muy breve, empieza diciendo que “el feminismo nos sale carísimo”. No contenta con esta afirmación, que por cierto no explica, añade que ahora, con la martingala de defender los derechos de la mujer, “los chicos no saben cómo dirigirse a las chicas y las chicas odian a los chicos”. Y más adelante, por si fuera insuficiente tamaña aseveración, suelta lo siguiente: “hay una cultura de la violación, que salió (sic) con alguna de las ideólogas del feminismo, que consiste en que cualquier relación es una violación, incluso que los hombres van por ahí únicamente pensando en violar mujeres”.
He leído y he oído muchas diatribas contra el feminismo, pero hasta ahora ninguna majadería tan grande como ésta. Ya sabemos que el feminismo, es decir la defensa de la igualdad de oportunidades entre las mujeres y los hombres, despierta rencores en muchos sectores conservadores de nuestro país. Por un lado, porque se trata de un movimiento progresista, y por tanto para ellos de dudosa intencionalidad; por otro, porque en la mente de algunos, condicionada por su formación judeo-cristiana, no cabe la equiparación de derechos entre los sexos. De esto ya he hablado en alguna ocasión y hoy no voy a insistir.
Lo que me ha llamado la atención en este vídeo es comprobar hasta dónde se puede llegar en la condena del feminismo. Relacionar la defensa de la igualdad de derechos entre mujeres y hombres con la “cultura de la violación” es, cuando menos, una auténtica estulticia, digna de mentes obtusas. Doña Alicia, ¿no sé que chicos y chicas conoce usted? Le puedo asegurar, quédese tranquila, que en general ni ellos están pensando en violar ni ellas en que pueden ser violadas. Otra cosa es que ahora ellos conozcan perfectamente a qué se exponen si lo intentan y ellas estén advertidas de que los violadores existen.
Siempre he pensado que cuando en la defensa de una posición ideológica se acude al esperpento, es porque no se tienen otros argumentos a mano. Hasta ahora no he encontrado a ningún antifeminista que dé razones de su postura. Es más, cuando a uno de ellos se le pregunta al respecto, se arranca por peteneras. “Soy femenina y no feminista”, me dijo una vez una amiga, eludiendo la pregunta de qué opinaba sobre el feminismo. Y ahí lo dejó, seguramente convencida de que había dicho la frase del siglo. “El feminismo nos sale carísimo”, dice Alicia Rubio en el vídeo que ha dado origen a esta reflexión, pero no explica por qué.
Yo estoy en algunas, muy pocas, listas de WhatsApp, y siempre por razones logísticas. Resultan útiles para que un grupo de personas, relacionadas entre sí por alguna razón, dispongan en un momento determinado del mismo nivel de información sobre algo que afecta a todos. Lo que sucede es que en ellas siempre hay alguno que se deja llevar por sus demonios internos, por no decir por la imprudencia, y aprovecha la facilidad de comunicación para soltar a los demás lo que cree un mensaje maravilloso, sin ponerse a pensar en que quizá esté lanzando un auténtico panfleto que pueda incomodar a los demás.
El vídeo
de doña Alicia, torpe donde los haya, me ha dado pie a reflexionar una
vez más sobre la conveniencia de insistir en la defensa de la lucha por la equiparación de los
derechos de las mujeres y los hombres. Se pongan como se pongan los antifeministas, éste es un tema en el que se "progresa adecuadamente", aunque a ellos no les guste.
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