Porque, chistes aparte, que poco habla la oposición sobre esta subida. Debe de ser porque no le interesa sacar a relucir los avances sociales que poco a poco va consolidando el gobierno de Sánchez. Los ignora olímpicamente y concentra la atención sólo en aquellos asuntos que considera que pueden hacer daño a su imagen, sean reales o imaginarios. No sólo la oposición, también su amplia red mediática, que cuando muerde la pantorrilla de algún tema de los que no favorecen al ejecutivo no la suelta y a la que le cuesta mucho informar con rigor a sus lectores si la información trae consigo alabanzas implícitas a la gestión gubernamental.
Dicho esto, lo que me sorprende es que el gobierno no esté difundiendo con más energía y contundencia la importancia de una medida que, aunque no vaya a solucionar por sí sola la situación de muchas familias españolas, la alivia en cierta medida. Desde mi punto de vista, en esta actitud de recato hay un exceso de timidez o, por decirlo de otra manera, una aceptación implícita de que haga lo que haga el mensaje no va a trascender y, por tanto, no va a cambiar el rumbo de las cosas. Puede ser que, como considera que está haciendo lo que debe hacer, no valore la repercusión social de la medida, sobre todo en mitad de una crisis que está dando a las empresas pretextos para congelar los salarios. Aunque también es posible que, convencido de que en democracia no se deben aprovechar en beneficio propio los medios públicos, no haga nada por difundir una noticia que no deja de ser muy importante.
Lo cierto es que esta subida es histórica, porque hasta ahora las pensiones han sido las primeras víctimas de cualquier medida de austeridad a la que los gobiernos de turno se hayan visto obligados. De manera que subir un 8,5% las contributivas y un 15% las no contribuidas es una medida digna de tenerse en cuenta, sobre todo cuando los tres partidos de la derecha, no sólo no la ha apoyado, sino que además la ha criticado hasta la saciedad, algo que llama poderosamente la atención.
La oposición sólo habla de temas que a la mayoría de los españoles le trae al pairo. Lo que de verdad importa al ciudadano de a pie es el bolsillo, que en una época tormentosa como la que estamos atravesando por culpa de la invasión de Ucrania tiene muchos agujeros. Pero el señor Núñez y su plana mayor, conscientes de que ese tema, el de los avances sociales, mejor ni tocarlo, desvía la atención hacia asuntos manidos y sobados, muchos de los cuales la ciudadanía ya ha olvidado, porque forman parte de unos tiempos superados por completo.
La paguita de Sánchez no es una ocurrencia sino una promesa electoral, la de aumentar las pensiones de acuerdo con el IPC. Ha creado un precedente que es difícil que alguien pueda discutir, porque entre sus ventajas está en principio la de propiciar para el futuro una revaloración digna de la paga de los mayores.
Ahora bien, ¿alguien puede asegurar que un gobierno conservador apoyado por los radicales de la extrema derecha mantendrá esta política de carácter social? Yo, desde luego, no.
Podría alguien decir que un subida menor sería necesaria para ayudar a cortar la espiral inflacionista, pero los expertos coinciden en que la inflación actual viene fundamentalmente motivada por el empuje de los costes (gas y en general energía) y no por un aumento desproporcionado del consumo.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo. Sin embargo, la oposición sigue argumentando que esta subida es improcedente, lo que me hace pensar que si llegan a gobernar se acabarán las subidas de acuerdo con el IPC. Como diría aquel, ojo al dato.
ResponderEliminarYo creo que al gobierno no le hace falta publicitar la medida porque ésta se publicita sola. Yo creo que todos los pensionistas nos hemos enterado de que nos han subido el 8,5 por cien, cuando en tiempos de Rajoy subía un mísero 0,25 por ciento, e incluso hubo un año en que nos quedamos sin una paga extra.
ResponderEliminarLos pensionistas sí nos hemos enterado, pero la sociedad en su conjunto sigue fijándose más en lo que le cuentan los medios afines a la oposición que en los progresos de carácter social que impulsa este gobierno. Yo no digo publicitar, sino hacer pedagogía. En vez de tanta discusión estéril, más eficacia comunicativa.
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