10 de mayo de 2016

Se está clarificando la situación

El reciente pacto entre Podemos e Izquierda Unida puede tener varias lecturas, dependiendo como siempre de quién sea el lector. Los habrá que opinen que debería haberse producido hace tiempo, porque al fin y al cabo se trata de dos fuerzas políticas de tendencia parecida, que nunca debían haber acudido por separado a las elecciones anteriores. También los que hablen del nacimiento de un frente popular de extrema izquierda, que puede poner en peligro los cimientos de la civilización de occidente y no sé cuántas cosas más. Y entre estos dos extremos, los que, como yo, se limiten a opinar que por fin se están poniendo las cosas claras.

Digo que se están poniendo las cosas claras, porque Podemos con esta alianza deja bien claro lo que algunos dudaban, el sustrato comunista sobre el que se asienta la ideología de sus líderes. Legitima posición, por supuesto, pero que no es la que defiende la socialdemocracia europea, donde se encuentra el PSOE. No sólo sucede que comunismo y socialdemocracia son pensamientos políticos muy distintos, es que además en muchos aspectos resultan antagónicos. La defensa de la economía de mercado nunca ha sido el plato fuerte de los partidos comunistas, por mucho que desde hace años hayan moderado sus posiciones anticapitalistas; mientras que para la socialdemocracia en este aspecto no caben dudas. Además, parece como si a los viejas ideologías de la extrema izquierda les doliera el europeísmo, cuando los partidos socialistas de Europa lo defienden sin fisuras. No, no son baladíes las diferencias de pensamiento entre unos y otros.

Con esta alianza quedan delimitados los tres campos de actuación política tradicionales, en un extremo la izquierda comunista, en el centro los socialdemócratas y los conservadores moderados, y en la derecha los neoliberales, cada vez más escorados hacia ese extremo. A partir de ahí se pueden hacer las conjeturas que se quiera, al fin y al cabo especulaciones que cada cual hará probablemente arrimando el ascua a la sardina de sus deseos. Yo también tengo derecho a hacer las mías, que expongo a continuación.

El tándem Podemos/Izquierda Unida hace imposible una alianza poselectoral del PSOE con ésta nueva formación (ya nos dirán cómo quieren que se llame), porque eso sería mezclar churras con merinas. Como además el PSOE ha decidido no pactar con el PP (sus votantes no se lo perdonarían), sólo cabe que se repita una nueva alianza entre PSOE y Ciudadanos, las dos fuerzas que, aun siendo muy distintas, representan posiciones moderadas dentro del actual panorama político español. Por supuesto me refiero a pactos posteriores a las elecciones, nunca preelectorales.

Estamos, como casi nadie ignora, ante una situación muy parecida a la que se presentaba el 20D, pero con la diferencia de que Pablo Iglesias y Alberto Garzón nos han ayudado a clarificar el escenario. Deberíamos agradecérselo todos, incluso el partido socialista, porque ahora es más fácil para los socialdemócratas resistir los cantos de sirena. El PSOE defraudaría a sus votantes si se coaligara con esta izquierda, que defiende una ideología tan diferente a sus principios.

Sé que habrá quien invoque la necesidad de desplazar al Partido Popular. Se hizo durante el largo periodo poselectoral anterior, con una propuesta de moderación presentada por Pedro Sánchez que no fue atendida por quienes tenían que haberlo hecho en aquel momento. Si se hiciera ahora, proponiendo un pacto de izquierdas contra los populares, no tendría ningún éxito, una vez que, como decía antes, ya sabemos quién estaría en esa izquierda, los comunistas de toda la vida y los que acaban de confirmarnos que también lo son.

La izquierda moderada no quiere que el Partido Popular siga gobernando, pero no creo que esté dispuesta a desplazarlo a cualquier precio. Es muy probable que prefiera seguir en la oposición y esperar tiempos mejores. El PSOE podrá pasar por apuros, pero su ideología ahí estará, sin contaminaciones oportunistas. 

2 comentarios:

  1. Luis, ¿y no temes que el posible (y temido) "sorpasso" haga envalentonarse al Sr. Iglesias y desalentar a los votantes socialistas?
    Angel

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  2. A mí no me gustaría el "sorpasso", porque significaría que la socialdemocracia pìerde peso. Pero tampoco que el PSOE se diluya en un maremagno de partidos cuya ideología poco o nada tiene que ver con la suya. El señor Iglesias ya está envalentonado; y, en cuanto a los votantes socialistas, supongo que habrá de todo, desde los que se queden en casa desencantados por la situación, hasta los que, después de haberse pasado a Podemos en las anteriores elecciones, regresen a sus orígenes desencantados de tanta incoherencia como se ha visto en los últimos meses, pasando por los que se mantengan fieles a sus ideas, que no son pocos.

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