Supongo que no soy el único al que le gustaría saber cuanto antes cuándo podrá vacunarse contra el coronavirus. Si me dejara llevar por las noticias oficiales, teniendo en cuenta que estoy entre los de riesgo por edad sin alcanzar la categoría de enfermo crónico, podría pensar que me corresponderá en febrero o quizá marzo de 2021. Pero como soy un escéptico incurable, enfermedad contra la que no encuentro medicina, me he puesto a hacer unos cálculos someros que me den alguna fecha más fiable que las que se infieren de tantas informaciones contradictorias. Y por si alguno tiene interés en seguir mi razonamiento, ahí van unos sencillos cálculos aritméticos.
Supongamos que en España se instalan 100 centros de vacunación distribuidos por toda la geografía del país. Si alguno está tentado por aumentar esta hipotética cantidad que lo haga, pero que tenga en cuenta que en cada punto se necesitará una cámara frigorífica capaz de mantener temperaturas de 80 grados centígrados bajo cero. Además, al ser preciso evitar las aglomeraciones en las salas de espera y requerirse la desinfeción de los puntos de inyección después de cada vacuna, no parece razonable estimar que haya demasiados lugares habilitados para esta labor específica.
Por otro lado, imaginemos que en cada punto se cuenta con 10 enfermeros capacitados. Esto nos daría la bonita cifra de 1.000 en toda España. Si cada uno de ellos es capaz de poner una vacuna cada diez minutos, resultará que en una hora un sanitario puede administrar 6 vacunas. De manera que en todo el país tendríamos capacidad para vacunar a 6.000 personas cada hora, lo que significaría que en jornadas de 8 horas se podría alcanzar la cifra de 48.000 vacunados al día. Si tenemos en cuenta que un mes tiene 22 días laborables, la cifra mensual rondaría las 1.056.000 vacunas.
Pero no nos olvidemos que se requieren dos inyecciones por paciente, lo que reduce el resultado anterior a la mitad. Es decir que la capacidad de vacunación de nuestro sistema sanitario estaría alrededor del medio millón de personas al mes. A partir de aquí, a cada uno de nosotros sólo nos quedaría que se nos asignese un número en la lista para saber cuándo nos llegará el turno. En cualquier caso, de acuerdo con estos cálculos quedaría claro que a finales de junio se habrían vacunado tres millones de españoles y no los diez millones que se especula en los mentideros. Para vacunar a todos éstos harían falta veinte meses, lo que nos situaría en junio de 2022.
Como supongo que varios de los que hayan llegado hasta aquí habrán encontrado disparatado -por alto o por bajo- alguno de los parámetros que utilizo en los cálculos, les sugiero que cambien los que quieran, pero que sigan mi metodología. A los políticos y a los laboratorios se les llena la boca de triunfalismo en sus respectivas propagandas políticas y comerciales, pero la cruda realidad es que al final hay un sanitario enfrentado a una labor concreta, la de inyectar una vacuna en un paciente, cumpliendo al mismo tiempo con una serie de protocolos de seguridad insoslayables.
No quiero hablar de las posibles dificultades de la distribución, porque sería meterme en un terreno muy resbaladizo. Sin embargo, sí me atrevo a pronosticar que van a surgir infinidad de dificultades, unas inherentes al transporte, otras al reparto equitativo y algunas a la propia gestión que conlleva repartir un bien tan preciado en una geografía tan complicada. Y del dinero prefiero no hablar, simplemente dar por hecho que nuestra hacienda tiene todo previsto.
En cualquier caso, la noticia de la disponibilidad de la vacuna es muy buena. Pero no cometamos el error de suponer que mañana o pasado estaremos vacunados, porque todavía nos esperan unos cuantos meses antes de que podamos cantar victoria.
¿Escéptico incurable? No se por qué lo dices ... ¡Je!, ¡Je!
ResponderEliminarEs cierto que soy escéptico. Pero si por escepticismo entendemos desconfianza o duda de la verdad, creo que es bueno serlo, ya que te obliga a filtrar lo que te cuentan antes de darlo por bueno. Por cierto, ya vamos sabiendo más sobre los planes de vacunación y tengo la sensación de que mis cálculos se confirman. Creo, incluso, que he sido demasiado optimista. El tiempo lo dirá.
EliminarMuy a mi pesar, tengo que darte la razón.
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