Lo de la ironía de patriotas va por otro lado, porque justificar la bajada de la recaudación fiscal, como ha hecho el señor Moreno en Andalucía, en el intento de captar capitales de otras comunidades, por ejemplo de Cataluña, es una de los argumentos más mezquinos, más antipatriotas que yo he visto y oído utilizar en nuestro país. Pero además no lo disimula, porque cuando le recriminan el argumento, contesta que lo razonables por su parte es intentar que el dinero fluya de unas comunidades a otras. No dice de una parte de España a otra, porque en su patriota concepto de la nación española parece no caber la idea de unidad.
Ni siquiera a los separatistas más recalcitrantes les he oído utilizar un argumento tan torticero como el que utiliza el presidente andaluz. He oído, sí, estupideces como la de España nos roba; pero nunca hablar de quitarle el dinero a otros para llevárselo a sus arcas. Es de una cicatería tal, que me sorprende que la mantenga y no la enmiende. Debe de ser porque está tan seguro de su patriotismo que ni se pone a pensar en las consecuencias de lo que dice. Ha demostrado que es uno más de los que no tienen ni idea de que el patriotismo significa solidaridad entre los que comparten patria, no canciones sonoras ni menciones a la grandeza de tu país ni ondeo de banderas.
Lo más ridículo de todo esto es que no va a servir para el propósito que dice defender, porque los inversores catalanes no parece que aprecien grandes ventajas en el anuncio del señor Moreno, sino para empobrecer aún más a los andaluces pobres y enriquecer a los ricos. Porque esas disminuciones de impuesto sólo afectan a las grandes fortunas y no a las clases medias. Las prestaciones sociales descenderán por falta de dinero y las bolsas de los ricos engrosarán porque pagarán menos impuestos. Pero eso no lo cuenta el señor Moreno, como tampoco lo hacen la señora Díaz en Madrid o el señor López en Murcia, todos ellos metidos en la misma vorágine de supresión de impuestos.
Hace poco una persona de clara filiación conservadora me comentaba su sorpresa ante la posición fiscal de la izquierda. No entendía que subiendo los impuestos se pudiera proteger mejor a los que menos tienen. Es decir, su falta de información sobre las políticas fiscales le hacía creer que cuantos menos tributos se paguen más dinero se tiene, porque la otra parte de la ecuación, la redistribución de la riqueza mediante prestaciones sociales, ni se le había pasado por la cabeza. Lo malo es que este ejemplo que cuento es representativo de una gran parte de la población, algo que aprovechan los partidos conservadores para hacer política demagoga con los asuntos fiscales.
No sé como acabará todo esto,
porque estamos ya en tiempos electorales y ya se sabe que es cuando más
desatinos se cometen. El gobierno dice que está preparando una reforma fiscal de
cierto alcance, pero el tiempo vuela y de momento no se perciben grandes
movimientos, aunque sí muchas palabras. Desde mi punto de vista, no sólo está obligado a subir impuestos -la
Unión Europea se lo está exigiendo- sino que además debe explicar a los
españoles las cuentas, para que todos entiendan con claridad quién gana y quién
pierde con la supresión o la bajada de impuestos. Si no lo hace, la demagogia conservadora
campará por sus respetos y los pobres, como digo arriba, serán cada vez más pobres y los ricos cada vez más
ricos.
Si queremos una sociedad unida, tenemos que pagar unos impuestos que permitan sufragar las políticas públicas: enseñanza y sanidad, entre otras. Es evidente y no vale la pena extenderse.
ResponderEliminarPero para crear polémica, diré que el consumo de los ricos no va a aumentar porque aumente su renta; ya está saturado. Una mayor renta sólo les dará mas capacidad para invertir y obtener poder, que es en realidad los que obtienen. Esas inversiones crean riqueza y empleo y eso es bueno, siempre que la riqueza se redistribuya apropiadamente. Aunque sea con unos tipos de impuesto mas bajos, es posible redistribuir bien si hay mucho más que redistribuir; son dos los factores que dan la renta transferida a través del impuesto y lo que importa es su producto.
Respecto a atraer capital de otras comunidades, me parece algo insolidario ¿sería posible recentralizar parte de la Hacienda? Creo que no, pero sería muy conveniente.
El consumo de los ricos, como demuestran las ciencias sociales, nunca está saturado. Cuando no son fincas, compran jirafas para el jardín o Picassos para el cuarto de baño. En cualquier caso, en una sociedad con un índice de desigualdad tan acusado como el de la nuestra, es preciso "forzar" la redistribución. La única manera de hacerlo es mediante una política fiscal progresiva, algo que a los conservadores les repele. Aunque es evidente que teorías económicas sobre la repercusión de los impuestos hay para todos los gusto y para todas las tendencias políticas.
EliminarLuego el señor Moreno Bonilla irá pidiendo ayudas al Estado para paliar los efectos de la sequía. Hay que tener cara.
ResponderEliminarDespués debe de haber mucha gente que tiene la idea de que los impuestos son malos y que son cosa de malos gobernantes que oprimen al pueblo, y por eso votan a la derecha.
Así es. Hay quien cree que los impuestos son cosa de dictadores corruptos.
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