8 de junio de 2023

El miedo y la ignorancia

El auge de la ultraderecha en el mundo constituye una realidad incuestionable. Lo de Trump en USA, lo de Bolsonaro en Brasil, lo de algunos de los gobiernos de países procedentes de la órbita rusa y hoy miembros de la Unión Europea, lo de Giorgia Meloni en Italia, lo del Frente Nacional en Francia y lo de tantos otros casos a lo largo y ancho del panorama internacional demuestran unos avances muy preocupantes de la intolerancia y por consiguiente suponen un peligro para las democracias. Porque, no lo olvidemos, en el fondo del pensamiento de cualquiera de los que he nombrado hay, en mayor o menor medida, una evidente negación de los principios democráticos y el sólido convencimiento de que la Autoridad, con mayúscula, es el bálsamo de Fierabrás que necesita hoy el mundo. Nosotros aquí en España tampoco nos privamos de este alarmante fenómeno.

Lo que me pregunto es cuáles son las causas de este resurgir de los fascismos, nombre que utilizo para no andarme con paños calientes, porque se trata de los herederos de los fascismos del siglo pasado. Curiosamente, en contra de lo que pudiera pensarse en principio, no se trata de que el creciente bienestar de los países occidentales haya provocado una exacerbación del conservadurismo, ya que la ultraderecha cuenta con unos buenos caladeros en las capas menos favorecidas de estas sociedades. Por tanto, las causas no hay que buscarlas en el aumento de la calidad de vida, sino en algún tipo de percepción subjetiva.

Puede ser que el miedo sea una de las causas, por supuesto el miedo al diferente. También la ignorancia, no porque el ciudadano de hoy sea más ignorante que el de ayer, sino porque tiene mayor acceso a la información y por tanto también mayor riesgo de recibir adoctrinamientos engañosos, fáciles de aceptar si no se cuenta con la suficiente formación. Pero a estas razones, que son las que siempre se han esgrimido, yo añadiría el complejo de inferioridad, una situación anímica que inclinan al individuo que la padece a buscar refugio en la autoridad, en la fuerza, en la protección contra peligros que imagina.

Si al miedo y a la ignorancia les unimos la falta de autoestima, la propensión a la intolerancia está servida. El miedo a lo que se percibe como un peligro, la ignorancia sobre la realidad social que te rodea y la subestimación o infravaloración de tu valía personal constituyen un caldo de cultivo muy eficaz para que muchos se enamoren de los discursos de los caudillos, de los salvadores de la patria, de los guardianes de la pureza de la raza. ¡Qué mejor que estar bajo el amparo de un valiente, sabio y seguro de sí mismo!

Sí, nos guste o no la ola reaccionaria está creciendo y amenaza con convertirse en un sunami arrasador. Luego, cuando tengamos al monstruo dentro de casa, vendrán los lloros y el crujir de dientes.

8 comentarios:

  1. Pues entonces va a haber un cambio de monstruo.

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  2. ? Porqué tiene que haber un monstruo ?

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  3. Utilizo la palabra monstruo en sentido figurado. A mí la ultraderecha me rechina.

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  4. Es verdad que hay una clara tendencia mundial hacia los regímenes autoritarios. También en Europa. Afortunadamente aquí vivimos dentro de sistemas democráticos que se autocontrolan, con lo que es de esperar que, al menos en Europa, la tendencia sea pasajera. Me sorprendería que, por ejemplo Meloni, repitiera varios mandatos, ... aunque nunca se sabe.

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    1. Alfredo, yo creo que nos quedamos cortos si los llamamos sólo autoritarios. Son antisistemas, negacionistas, homófobos, euroescépticos, xenófobos, racistas, machistas y, sobre todo, antidemócratas.
      No sé que pasará en Italia. Pero en España se ha puesto de manifiesto que la derecha tradicional los necesita para gobernar y está dispuesta a meterlos allá donde haga falta.

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  5. Hay una buena película, La ola, que habla del fenómeno del nazismo en relación con los complejos de inferioridad. Aconsejable.
    Fernando

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