6 de septiembre de 2023

La controvertida decisión del rey

 


A mí no me sorprendió que el rey propusiera a la presidenta del Congreso que Feijóo se presentara a la investidura. Ante el dilema de dos candidatos con pretensiones de gobernar, ninguno de los cuales le aseguraba contar con los apoyos suficientes, eligió al que más escaños había conseguido en las elecciones. Es cierto que podía haber retrasado la decisión para que los dos siguieran negociando, pero eso hubiera prolongado más la interinidad, con el consiguiente perjuicio para la estabilidad política.

Supongo que Felipe VI es consciente de que el líder del PP no tiene posibilidades de ser investido presidente del gobierno, salvo sorpresas “tamayiles”. Pero el rey debe cumplir los procedimientos escrupulosamente, para evitar acusaciones de parcialidad. Si hubiera propuesto la investidura de Sánchez, se le habría acusado, no sin razón, de fiarse de la confianza del presidente en funciones en lograr los apoyos suficientes, cuando todavía están en el aire.

No sólo el rey es consciente de las dificultades de Feijóo, también el propio candidato conservador. No cuenta más que con los votos de su partido, los de Vox y el de Coalición Canaria, porque el resto de las formaciones políticas se niegan a apoyar su investidura. Sabe que está solo y que la sesión será un fracaso, una puesta en evidencia de su palpable soledad política. Por eso ha llamado a Sánchez y le ha hecho una insólita propuesta, la de que le permita gobernar dos años, con el argumento de “salvar al país de los males que lo acosan”. No sé cuál de sus consejeros le daría la idea, pero ha sido una de las ocurrencias más extravagantes y pintorescas que se han visto en el escenario político español en los últimos años. Como dijo una de las portavoces del gobierno, Feijoo ha pasado de pretender derogar el "sanchismo" a rogar su ayuda.

Es muy posible que la investidura del candidato del PP fracase y que a continuación el rey proponga al del PSOE. Sin embargo tampoco está demasiado claro que el actual presidente lo consiga, porque entre los independentistas hay demasiado alboroto y en apariencia poca cordura. Si su intransigencia en asuntos claramente anticonstitucionales se mantuviera, Sánchez no cederá, entre otras cosas porque no puede. No puede y no está dispuesto, algo que ha quedado muy claro a lo largo de su mandato. Una cosa es conceder indultos y otra muy distinta atentar contra los mandatos constitucionales. No es lo mismo tomar medidas para enfriar los ánimos que saltarse la ley.

Una prueba de que Feijóo sabe que no va a poder gobernar y que sin embargo Sánchez pudiera conseguirlo es que él y sus allegados ya han empezado a soltar una tras otra las viejas consignas que utilizaron en la legislatura anterior, entre otras la de que el presidente en funciones va a vender España a los separatistas con tal de mantenerse en La Moncloa. Nada más y nada menos, porque cuando se trata de fulminar al adversario, ¿por qué quedarse cortos? Nada impide acudir al tremendismo.

En mi opinión, hay mucho recorrido dentro de la Constitución para lograr acuerdos: competencias no transferidas, modelos de participación en las instituciones del Estado que hasta ahora nunca han llegado a buen fin y otras muchas iniciativas que en ningún caso vulnerarían la legalidad vigente. No olvidemos nunca que la Constitución consagra la organización autonómica de España y reconoce las nacionalidades históricas. Lo que sí vulnera el mandato constitucional es ir contra el autogobierno de las autonomías, algo que cada día que pasa se oye más, no sólo entre la extrema derecha, también entre los conservadores que pertenecen a la actual cúpula del PP.

4 comentarios:

  1. Para mí que Feijoo piensa en algún tamayazo. El problema que tiene es su escasa credibilidad provocada por sus continuas contradicciones. ¿Quién se va a creer a estas alturas que puede pactar con Junts?

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    1. Yo, sin embargo, no creo que a estas alturas sea posible un "tamayazo". Sería demasiado descarado.
      En cuanto a Junts, aunque ahora Feijóo hable de "encajes de Cataluña en España", no tiene nada que hacer.
      Lo preocupante es si Sánchez será capaz de lograr la investidura sin concesiones anticonstitucionales. Posibilidades hay, pero con los intransigentes es muy difícil pactar.

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  2. Si cuatro o cinco diputados del PSOE negasen su apoyo a Sánchez, pensaría en un "tamayazo" a cambio de favores y sentiría desprecio por ellos. Pero si fuesen veinte o treinta esos diputados rebeldes, tendrían todo mi respeto, porque no sería un "tamayazo", sino el convencimiento de que la política de Sánchez con los independentistas es inaceptable.

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    1. Hasta ahora nadie sabe en qué van a quedar las conversaciones que están teniendo los negociadores. Si el resultado se ajustara a la legalidad vigente y no vulnerara la Constitución, el "tamayazo" sería "tamayazo" fueran los rebeldes tres o cuatro, veinte o treinta.
      Hasta ahora todo son conjeturas, bulos y profecías, porque la derecha sabe que Feijóo no va a conseguir la investidura y ha empezado a ejercer la oposición con el mismo estilo de la legislatura anterior.
      Si los pactos no se ajustaran a derecho, ya no serían los diputados del PSOE los rebeldes, sino que muchos de sus votantes le darían la espalda a Sánchez.
      Por tanto, a mí no me cabe en la cabeza semejante torpeza en quien ha demostrado habilidad política en muchas ocasiones.

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