En ese ataque desmesurado, catastrofista y con argumentos falsos que están llevando a cabo los conservadores del PP y la ultraderecha de Vox contra las negociaciones del señor Sánchez con los independentistas, en el que cuentan con el total apoyo del señor Aznar, parecen haber olvidado que éste último, después de que sus seguidores cantaran en la calle de Génova aquello de “Pujol, enano, habla castellano”, pactó con la derecha independentista catalana acuerdos tales como la supresión de los gobernadores civiles en toda España y la sustitución en Cataluña de la Guardia Civil por los Mossos de Escuadra, dos decisiones absolutamente legítimas, pero que contradicen los rasgados de vestiduras que tanto el candidato popular como su mentor hacen ahora cuando el gobierno progresista estudia medidas de carácter análogo.
¡Quién te ha visto y quién te ve! Dice Aznar que España puede llegar a desaparecer como nación, nada más y nada menos. Se ha convertido en un profeta de la más absurda de las profecías. No, don José María, no. España no va a desaparecer como nación, no porque usted lo vaya a impedir, sino porque nuestras instituciones gozan de buena salud y porque el pueblo español es mucho más sensato de lo que su imaginación supone. No sé a quién puede usted alarmar con tales amenazas, pero a mí, se lo aseguro, me ha parecido una de los mayores disparates que he oído desde hace mucho tiempo.
Núñez Feijóo sabe muy bien que su investidura está condenada al fracaso. Los conservadores españoles, después de la brutal escisión que produjo el nacimiento de Vox, están bastante perdidos. Antes los tenían dentro, controlaban sus desvaríos y calmaban sus añoranzas. Sus votos, dentro de la disciplina del PP, les daban fuerza. Pero ahora se han dividido y no cuentan nada más que con su mutuo apoyo, porque en los demás producen desconfianza.
El candidato popular nunca debería haberle dicho al rey que
pensaba lograr los apoyos suficientes. Si le hubiera contado la realidad, los españoles nos
habríamos ahorrado muchas energías y evitado muchos sinsabores,
porque esta campaña anticipada a la que ha conducido la actitud del candidato
conservador está haciendo mucho daño, no sólo a su adversario, también a ellos. Pero sobre todo a la democracia.
Confío en que dentro de muy poco todo lo que está sucediendo no haya sido más que una tormenta de verano, que las aguas vuelvan muy pronto a su cauce. El PSOE tampoco las tiene todas consigo, es verdad; pero si Pedro Sánchez consigue los apoyos que necesita sin vulnerar la legalidad vigente, se habrá apuntado un tanto muy valioso. Eso lo saben los dos partidos que apoyan a Núñez Feijóo y de ahí su tremendismo. Están viendo que se les escapa una ocasión que consideraban ganada.
Apruebo toda la presión que se pueda ejercer sobre Sánchez para que no ceda ante las presiones de los independentistas. Ahora; luego sería demasiado tarde. No basta con que Sánchez se ciña a la legalidad; tiene que considerar la necesidad de contar con un estado fuerte.
ResponderEliminarAhora bien, esa presión no debe llevar al país a estar gobernado por dos partidos insolidarios que prometen bajar impuestos (lo están haciendo en sus comunidades). Eso supondría olvidar las políticas sociales, tan necesarias para tener un estado cohesionado.
Alfredo, para mí un Estado fuerte es el que se ciñe a la legalidad. Las instituciones se encargan de corregir cualquier intento de vulneración. Las presiones callejeras, como las de esta mañana en la calle de Felipe II no son más que ruido.
EliminarPrecisamente porque la alternativa a un gobierno progresista sería la entrada de uno que respaldaría las políticas que se están llevando a cabo en las comunidades donde ya gobiernan, es por lo que muchos españoles confían en que pueda continuarse con las que Pedro Sánchez puso en marcha en la legislatura anterior.
Creo que la legalidad es condición necesaria, pero no suficiente, para que un estado sea fuerte.
EliminarAlfredo, está claro que tú y yo tenemos puntos de vista distintos en este asunto. Cuando estén claras las condiciones que se puedan haber pactado para conseguir los apoyos necesarios para que no gobiernen PP y Vox, te aseguro que volveré sobre este tema. Ahí queda mi compromiso.
EliminarLuis, te has dejado entre las cesiones del Sr. Aznar al Sr. Pujol todo el tema fiscal, las prisiones y los puertos entre otras cosas.
ResponderEliminarY una pregunta: a ti, a quien tanto gustan las palabras, ¿cómo se llamaría el reinado del Sr. Núñez si llega a reinar? Por que de "Sánchez" y de "Felipe" fue fácil, pero de D. Alberto Núñez Feijóo...
Angel
Ángel, tienes razón. No he querido ser prolijo, cuando había mucha tela que cortar.
EliminarEn cuanto a lo del reinado, todavía no me he puesto a pensar en ello, quizá porque vea muy lejos la necesidad de ponerle nombre. De todas formas, los populares llamaban marianistas a los que aplaudían las políticas de Rajoy. Quizá por ahí me venga la inspiración.
mi sugerencia para Sanchez. No acordar nada con Puigdemont.
ResponderEliminarQuerido anónimo/a, no creo que Sánchez lea este blog y por tanto mucho me temo que tu sugerencia no le llegue por esta vía.
EliminarAhora bien, por el bien del país, yo a los políticos nunca les sugeriría que no llegaran a acuerdos en temas que puedan ser útiles para la convivencia de todos los españoles.