No pretendo entrar en casos
concretos. Los tengo en la cabeza, pero precisamente como estoy convencido de que no se puede
juzgar sin pruebas me los callo. Además, si no quiero adentrarme en detalles es
porque no creo que el problema sea de individuos aislados, sino de estructura política. De
los colectivos profesionales que sucedieron a los que existían durante la
dictadura, estoy convencido de que el de la judicatura ha sido el más
inamovible y el más maleable por los intereses políticos.
Se trata de uno de los llamados poderes del Estado, junto al ejecutivo y al legislativo. Pero como el ejecutivo, en sus distintas etapas, contando con el legislativo cuando ha gozado con mayoría suficiente, ha intentado hacer de su capa un sayo con la justicia, nos encontramos en una situación que me parece francamente preocupante desde el punto de vista del correcto funcionamiento democrático de un estado de derecho. Creo que hay que decirlo alto y claro, no para cargar las tintas, que ya bastante cargadas están, sino para tomar conciencia de que se deben corregir los entuertos, por supuesto con los procedimientos que brinda la democracia.
Como todos los días se aprende algo nuevo, he intentado y supongo que conseguido entender qué es una investigación prospectiva. Copio: es aquella que se produce cuando no hay un hecho delictivo claro, por lo que no debería hacerse. Como ejemplo, la fuente que he consultado añade: casos que se conocen a través de los medios de comunicación y que un juez decide investigarlos sin denuncias previas. En esta categoría están aquellos que se inician "para ver si se encuentra algo".
A mí este asunto me recuerda a los procedimientos de la
Inquisición. Entonces no había medios de comunicación como ahora los
entendemos, pero sí mentideros en las villas. Los inquisidores aceptaban sin
mayor consideración las difamaciones del populacho y así le fue durante
aquel triste periodo de la humanidad a los países que tuvieron que soportar las hogueras, entre otros mi querida España como cantaba Cecilia.
No voy a negar que haya corrupción en la clase política, porque desgraciadamente
la tendencia al robo, al enriquecimiento ilícito y la propensión al pelotazo
está en el ADN del ser humano y, lamento decirlo, nunca desaparecerán. Los presuntos
corruptos a los tribunales cuando existan pruebas suficientes y, si se demuestra fehacientemente su culpabilidad,
que paguen sus delitos. Pero meter al adversario político de la mano de
ciertos jueces en acusaciones no demostradas sólo para debilitarlo, es propio
de la Inquisición y hay que acabar con ello.
Ya está bien de andarse con rodeos en un asunto tan preocupante.
Luis, entre tus sueños y meterte con el "lawfare", me estás preocupando.
ResponderEliminarCuidadito, cuidadito.
¡Feliz año!
Angel
Observo que no te pronuncias.
EliminarFeliz año.
De acuerdo en todo excepto en una cosa: pienso que la propensión al pelotazo y al enriquecimiento ilícito no están en el ADN del ser humano, ni siquiera en el adn de la clase política, sino de ciertos malhechores que utilizan la política como herramienta para robar.
ResponderEliminarY dicho esto, te deseo, Luis, como a todos los de este grupo de comentaristas, muy feliz año nuevo.
Fernando
Ya sabes aquello de que todo el mundo tiene un precio.
EliminarFeliz año
Creo que eso da para otro tema muy interesante y filosófico.
EliminarFeliz, fructífero e inspirado año.
Fernando