31 de enero de 2025

Los despropósitos de don Alberto

Se lo tienen dicho, pero él ni caso. Sus barones más centrados, o menos descentrados, le han advertido por activa y por pasiva que en política la coherencia es un valor que hay que preservar, porque de lo contrario se pierde credibilidad. Pero el señor Núñez Feijóo erre que erre, porque está convencido de que ya es mayorcito y no necesita consejos de nadie. Además, como unos le dicen una cosa y los otros la contraria, ha debido de pensar que lo mejor es hacer de su capa un sayo y aquí paz y después gloria.

Las explicaciones que dio el otro día para justificar el apoyo a la propuesta parlamentaria del gobierno, no las superaría en humor surrealista ni el mismísimo Groucho Marx. Si en vez de salir al estrado con el rictus marcado por el mal rato que debía de estar pasando por culpa de la indiscutible incoherencia, lo hubiera hecho con un puro en la boca y flexionando un poco las corvas, se le hubiera confundido con el inolvidable humorista. Pero naturalmente el peso de la contradicción era tan grande, que no debía de estar en ese momento para muchas bromas.

Después de haber votado en contra de la aprobación del decreto de revalorización de las pensiones hace tan sólo unos días, con el único y exclusivo propósito de castigar al gobierno, ahora, cuando se ha puesto de manifiesto que la ley sale adelante aun con su voto en contra, intenta justificar el cambio de criterio con argumentos contradictorios entre sí. Por un lado, invoca a los pensionistas, a los usuarios del transporte y a los damnificados por la DANA, de los que se había olvidado en la votación anterior, y por otro argumenta que si vota ahora que sí es para que Pedro Sánchez no se salga con la suya y lo acuse de antisocial. Pero, don Alberto, ¿no percibe usted en sus argumentos la más que evidente contradicción que observamos el resto de los mortales?

Lo cierto es que se ha puesto de manifiesto una vez más que el gobierno cuenta con resortes suficientes para seguir gobernando, y al mismo tiempo que a la oposición no le queda más recurso que el del pataleo, como les sucede a los niños cuando se les quita de la boca un caramelo que estaban a punto de saborear. La derecha de Feijoo se frotaba las manos y su satisfacción se ha convertido en patente decepción. Se han quedado con el culo al aire, permítaseme la expresión coloquial. 

Es verdad que los apoyos parlamentarios que sustentan al gobierno constituyen un batiburrillo difícil de manejar. Pero no lo es menos que la mezcolanza es consecuencia de los nuevos tiempos, en los que, al haberse acabado el bipartidismo, no es fácil formar mayorías sólidas. Pero Pedro Sánchez hasta ahora está manejando bien la situación, sin que sea cierta la acusación de la oposición sobre presuntas concesiones anticonstitucionales a los separatistas. A no ser que le llamen así al esperpéntico berrinche que les ha entrado con la devolución del palacete de París al gobierno vasco.

El próximo hito serán los presupuestos del Estado. Pero visto lo visto, a mí no me extrañaría que se terminaran aprobando por mayoría suficiente. Entonces vendrá el crujir de dientes de la derecha y de la ultraderecha, en su constante pugna para ver quien la tiene más grande.

11 comentarios:

  1. La verdad es que el ambiente político que vivimos es más emocionante que cuando gobiernan partidos en mayoría absoluta, aunque no sé yo si por nuestra tranquilidad es mejor una cosa o la otra.
    Fernando

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Fernando, te había contestado pero no había salido. Te decía que el bipartidismo es muy cómodo, pero que la situación social ha cambiado, no sólo aquí, también en el resto de Europa. Hay que acostumbrarse a los pactos, nos gusten o no.

      Eliminar
  2. Es evidente que Feijoo no da la talla. Sánchez, tampoco. Sigo haciendo caso a lo que dicen Felipe González, Alfonso Guerra, Nicolás Redondo, Corcuera, ... y también García Page, o Lamban. Supongo que en el PSOE hay muchos que piensan de forma parecida, pero se guardan su opinión para ellos mismos por miedo a las consecuencias. Es verdad que, en el corto plazo, las cosas han mejorado en muchos aspectos, pero tenemos un país extremadamente polarizado y dividido del que a veces es difícil sentirse orgulloso. ¿También tiene culpa la oposición? Claro que sí. Con gente como Ayuso o Tellado no se puede ni hablar, pero es el Gobierno quien tiene que idear soluciones y hasta ahora se ha conformado con plegarse a los que le apoyaban.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Alfredo, gracias por tu comentario. Abarcas tanto, que me inspiras un artículo completo como contestación. No tardaré en escribirlo.
      De momento, dos cosas.
      La primera es que la mención a las viejas glorias del PSOE me llama la atención, porque en los últimos tiempos se la oigo a muchos conservadores. Debe de ser porque a ellos les gustaría un partido socialista más "manso" y menos progresista.
      La segunda es que, aunque dices que últimamente las cosas han mejorado en muchos aspectos, opinión que comparto, das a entender que la polarización es también culpa de Sánchez, algo que me sorprende teniendo en cuenta que el PP y Vox nunca han aceptado la victoria del PSOE, ni en esta legislatura ni en la anterior. Como dice el proverbio, demos al cesar lo que es del cesar y a Dios lo que es de Dios.

      Eliminar
    2. No es evidente que el PSOE actual sea más progresista el de Felipe González , salvo que sea progresista la política entreguista con los que desean la desaparición del Estado

      Eliminar
    3. Puede ser, amable anónimo, que tú y yo no entendamos por progresismo lo mismo. En cuanto a la política entreguista, insisto en que yo no he visto ninguna "entrega", salvo a que negociar y llegar a acuerdos dentro de la legalidad se le llame ahora así. Las tensiones separatistas han disminuido, la violencia terrorista ya no existe y el país, aun con las dificultades propias de la globalización, sigue creciendo y creando empleo.

      Eliminar
    4. No se por qué mi comentario salió como anónimo. Me gusta firmarlos.

      Eliminar
    5. Alfredo, si llego a saber que eras tú, no te hubiera tratado de "amable anónimo" sino de "querido Alfredo".

      Eliminar
  3. Dentro del amplio margen de la legalidad, se puede negociar bien, o mal. Si se cede en muchas cosas a cambio de pocas se puede hablar de entreguismo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Alfredo, los juegos de palabras no tienen límites. Pero cuando se habla de cosas concretas, es recomendable ser preciso. ¿Qué se les ha entregado a los separatistas que no sean competencias dentro del Estado de las Autonomías? ¿Se les ha concedido la independencia?
      No caigamos en la trampa que nos tienden los de Feijóo y los de Abascal, porque a ellos lo del entreguismo se lo oigo un día sí y otro también.

      Eliminar
    2. Alfredo, los juegos de palabras no tienen límites. Pero cuando se habla de cosas concretas, es recomendable ser preciso. ¿Qué se les ha entregado a los separatistas que no sean competencias dentro del Estado de las Autonomías? ¿Se les ha concedido la independencia?
      No caigamos en la trampa que nos tienden los de Feijóo y los de Abascal, porque a ellos lo del entreguismo se lo oigo un día sí y otro también.

      Eliminar

Cualquier comentario a favor o en contra o que complemente lo que he escrito en esta entrada, será siempre bien recibido y agradecido.