Lo que quiere expresar el ensayista en la frase anterior es que la velocidad con la que se producen los cambios tecnológicos -mucho mayor ahora que en cualquier época pasada- elimina en cierta medida aquel axioma, hasta ahora indiscutible, de que el conocimiento del pasado y del presente ayuda a predecir el futuro. Antes, cuando los avances se desarrollaban de forma más pausada, la mente humana tendía a proyectar las transformaciones hacia adelante, porque las cosas se veían venir. Pero ahora, cuando en unos cuantos lustros la tecnología ha cambiado el mundo hasta hacerlo casi irreconocible, no es posible aventurar cómo será dentro de cincuenta años.
Creo que he confesado aquí, en este blog, que a mí me gusta el género denominado ciencia ficción, tanto en la vertiente literaria como en la cinematográfica. Decía entonces, y quiero resaltar ahora, que lo que en realidad me atrae de sus argumentos es la proyección lógica hacia el futuro, partiendo de la realidad conocida; o, dicho de otro modo, la predicción del futuro en base a la experiencia acumulada hasta el momento. Aclaro esto, porque a mí las películas en las que los animales terrestres tienen alas, y por tanto vuelan, los robot sufren y padecen emociones y paranoias y los hombres pelean con espadas refulgentes me aburren profundamente. Eso no es ciencia ficción. Quizá sea, por concederle algún valor, un conjunto de metáforas fantasiosas.
Una de las consecuencias que se podría extraerse de la cita de arriba es que cada vez es más difícil hacer ciencia ficción. Julio Verne lo tenía fácil, si se me permite la broma hacia el admirable escritor francés. Si las piezas de artillería cada vez tenían mayor alcance, ¿por qué no imaginar una tan potente que pudiera llevar al hombre a la luna? No se equivocó en su predicción. Pero, ¿seríamos capaces ahora de aventurar que el hombre nunca vencerá las limitaciones que imponen los principios que sustentan la física cuántica y la teoría de la relatividad, y por tanto asegurar que jamás podrá viajar a velocidades superiores a la de la luz?
En estos momentos estamos asistiendo a una evolución de la biónica -disciplina que estudia la creación y desarrollo de aparatos y procedimientos tecnológicos que sustituyen o sirven de ayuda a las funciones naturales de los seres vivos- .hacia límites insospechados. ¿Alguien sería capaz ante este panorama de asegurar que el hombre nunca podrá vivir por encima de los 200 o de los 300 o quizá de los 1000 años? Tal posibilidad aterra, pero ningún científico sería capaz de negarla con rotundidad.
No quisiera hoy entrar en el terreno de la filosofía, de la metafísica. Sin embargo, me atrevería a decir que con la velocidad que está evolucionando el conocimiento, y por tanto la tecnología y el dominio del hombre sobre su entorno, se transformarmarán por completo los conceptos filosóficos tradicionales y los credos religiosos. No en balde las religiones –la cristiana entre ellas- han temido desde siempre a la ciencia, que tantas veces las ha dejado en evidencia.
Pero no, hoy no toca hablar de filosofía. Hoy es día de felicitaciones.
FELIZ NAVIDAD Y PROSPERO AÑO NUEVO a todos.
FELIZ NAVIDAD Y PROSPERO AÑO NUEVO a todos.
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