14 de enero de 2021

Medio millar de artículos

Con este artículo son ya quinientos los que han visto la luz en este blog. Cuando hace algo más de un año (17 de noviembre de 2019) alcancé la cifra de cuatrocientos, no estaba muy seguro de que consiguiera llegar al medio millar. Pero como sucede que me he acostumbrado a ese paréntesis diario de introspección, del todo necesario para ordenar ideas y plasmarlas de la mejor manera posible por medio de palabras escritas, me resulta muy difícil abandonar el empeño. Escribir me obliga a meditar, a sintetizar pensamientos y a presentarlos con dignidad, algo que me procura un auténtico placer. Reconozco que soy un egoísta.

Este año además ha sido pródigo en aconteceres. La pandemia y sus consecuencias, la vacuna que llega, las vacunaciones con cuentagotas, Trump y sus matones, Isabel Díaz Ayuso y el flamante hospital-hangar, el voto de censura de los de Vox contra el gobierno y su estrepitoso fracaso y... tantos otros sucesos y ocurrencias. No me puedo quedar sentado y contemplar todos estos episodios sin compartir mi opinión con los demás, porque en definitiva escribir es compartir. O al menos esa es la ilusión que yo me hago, aunque no me sorprendería que otros opinaran que por qué no comparto con la almohada, que al fin y al cabo, como es inerte, ni sufre ni padece.

Me gustaría insistir una vez más en que lo que escribo aquí es lo que pienso en un momento determinado, lo cual no significa en absoluto que intente llevar a los demás a que piensen como yo. Son mis puntos de vista, mis ideas, mis subjetividades, que por supuesto pueden estar equivocados. Respeto las opiniones de los demás, aunque es cierto que en ocasiones la indignación pueda conmigo y me exprese con cierta vehemencia. Incluso ocurre a veces que se me desliza alguna palabra altisonante e improcedente, algún epíteto que podría haber obviado si hubiera puesto más cuidado.

De lo único que estoy seguro es que la palabra es una herramienta civilizada, de la que disponemos para movernos en medio de este inmenso rebaño de “homo sapiens” que puebla la tierra. Las palabras, por duras que sean y siempre que no vayan acompañadas de gestos inapropiados, no hacen daño. Pueden despertar animadversiones o adhesiones, pero no matan. Benditas sean, orales o escritas. Si todo el mundo las utilizara y dejara a un lado la violencia, esto sería distinto. Pero sucede que son muchos los que las desprecian y pretenden imponer sus pareceres con otros métodos menos apropiados.

Tengo la gran ventaja de conocer a todos mis lectores, más o menos. No son muchos, pero sí constantes. Algunos dejan comentarios en el blog y otros “off the record”. Pero a todos les hago caso, porque de otra manera caería en abierta contradicción con mis ideas. Precisamente quizá sea ese uno de los motivos que me mantienen en el empeño de seguir escribiendo aquí, el ser consciente de que para algunos la lectura de mis inquietudes les motiva discrepancias o avenencias, pero en cualquier caso reflexiones. Ese y no otro es el espíritu que me anima a seguir escribiendo aquí. Nunca hacer proselitismo, porque para ello existen otras vías.

Voy a seguir escribiendo aquí, al menos mientras el cuerpo aguante. El cuerpo, pero sobre todo las neuronas, ese complejo sistema celular donde algunos sitúan el alma. Porque a veces, mejor dicho, con cierta frecuencia, las piernas continúan respondiendo, pero la cabeza pierde el norte. No sé si llegaré a los seiscientos artículos o quizá más. De lo único que estoy seguro es que en estos momentos me ilusiona seguir escribiendo.

Si encima alguno me acompaña con la lectura de mis ocurrencias, miel sobre hojuelas.

7 comentarios:

  1. Lo primero, Luis, felicitarte y darte las gracias. Quinientos artículos son un hito difícil de alcanzar. Espero que sigas y publiques muchos más.
    Uno lee muchos artículos cada día, pero el del Blog tiene algo especial: que conozco al autor y eso hace diferente la lectura.
    No creas, aunque no te des cuenta, haces proselitismo, el del deseo de entender y dialogar.

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  2. Gracias, Alfredo. Tus comentarios nunca caen en saco roto.

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  3. Enhorabuena por tu medio millar!!!
    Seguiremos leyendo tus artículos por muchos años!!!
    Un saludo
    Conchi

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  4. Gracias, Conchita. De momento me mantengo en la brecha. Hasta que el cuerpo aguante o... hasta que os canséis de mis ocurrencias.

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  5. ¡Enhorabuena! Y ahora a por los mil. O más.
    Ángel

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  6. Gracias, Ángel. Tú eres uno de los constantes y, por tanto, culpable de que continúe. ¿Hasta cúando y hasta cuántos? Vaya usted a saber.

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    1. Luis, "hasta el infinito y más allá" o como a ti te gustaría: "to infinity and beyond".
      Un abrazo
      Angel

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