10 de noviembre de 2023

La letra chica de Pedro Sánchez

 

Hay fuentes inagotables de inspiración, sobre todo para los que, como me sucede a mí, intentan captar las estulticias al vuelo. El otro día, la ínclita presidenta de la Comunidad de Madrid advirtió a la concurrencia de que había que estar atento a la letra chica de las intenciones de Pedro Sánchez, porque, según explicó, no sólo pretende ser investido presidente, sino que además está preparando todo un programa de gobierno para la próxima legislatura. Elemental, querida mandataria. Esta pretensión, aunque a usted le produzca una alarma inusitada, honra al candidato, puesto que pone en evidencia que lo que pretende es gobernar durante otros cuatro años y continuar avanzando en el desarrollo de un programa progresista.

Al hilo de esta reflexión, si las negociaciones se han alargado en el tiempo se debe precisamente a que no se trata de un simple reparto de concesiones, sino de llegar a acuerdos que sean un compendio de las aspiraciones de todo el arco parlamentario, a excepción de los populares y sus aliados de la ultraderecha, que se han autoexcluido hace mucho tiempo de cualquier intento de concordia. Pero es que además estos pactos deben cumplir escrupulosamente con la legalidad vigente, porque de otra manera no pasarían los preceptivos filtros institucionales. Dicho de otra manera, parece que será un proyecto de carácter nacional, transversal si se prefiere, donde se tendrán en cuenta asuntos sociales, económicos e identitarios. No olvidemos que en este compromiso interviene fuerzas conservadoras y progresistas, y partidos de ámbito nacional y de clara tendencia nacionalista.

Precisamente ese alcance de carácter nacional es lo que más inquieta a los que les alarma la letra chica. Como lo han visto venir, se han inquietado y se han ido agarrando a todo aquello que pudiera desprestigiar a los negociadores. No han estado nunca dispuestos a aceptar que sus rivales consigan aglutinar a tantas tendencias y tan distintas, a tantos sentimientos y tan dispares. Cuando piensan en el posible éxito de una maniobra de esta envergadura se solivianta. No hay más que oír sus lamentaciones para entender sus cuitas. Sólo con verlos gritar en las calles con antorchas amenazadoras y a pedradas contra la policía se entiende lo que les sucede.

Ahora, inquietos por las consecuencias de sus llamadas a ocupar las calles, intentan desmarcarse de los vientos que han sembrado y de las tempestades que están recogiendo. Lo hacen a regañadientes, mirando para otro lado y siempre con derivadas adicionales para intentar repercutir la violencia en las víctimas. La culpa es de la policía o de Marlasca. Los culpables no son ellos, sino los que defienden las sedes del PSOE. Ellos, dicen, se manifiestan en las calles porque están indignados con el "ocupa" de La Moncloa, que, ¡ojo!,  puede repetir mandato.

Hay que entenderlo. Si a Pedro Sánchez este gran pacto le sale bien, será un triunfo político de tal calado que dejará a la oposición bastante desmantelada y muy lejos de mantener aspiraciones de gobierno a corto plazo. Lo que sucede es que, desde mi modesta opinión, se están equivocando en la estrategia elegida. Tanto ataque al adversario, con alusiones peyorativas hacia los partidos que podían llegar a formar parte de esa coalición, han actuado como catalizador del pacto en vez de como disolvente. Ha provocado la unión, porque ha puesto de manifiesto la existencia de un frente conservador intransigente e intolerante, en el que la ultraderecha juega un papel definitivo y de cuyos ataques, por tanto, tienen que defenderse.

Yo no voy a dar consejos a los dirigentes del Partido Popular, y no digamos a los de Vox, entre otras cosas porque no me harían caso. Pero si me decidiera a darles uno, les recomendaría paciencia y templanza, dejar pasar este momento muy poco favorable para ellos sin aspavientos y esperar a ver que sucede después de la investidura, porque fácil para el gobierno progresista no va a serlo. 

2 comentarios:

  1. Ha tenido gracia esa última ayusada: "¡Pero hasta tienen programa para toda una legislatura!". Parece de chiste.

    Efectivamente, va a ser ésta una legislatura muy complicada y por ello muy interesante.
    Por otra parte, el PP perderá sus posiblidades de gobierno hasta que no se desprenda del extremismo de Vox y de otros extremos como los que representan Aznar y Ayuso.
    Que partidos de derechas, aunque sean nacionalistas, como lo son PNV y Junts, pacten con las izquierdas que representan Psoe y Sumar, en lugar de con el PP y Vox, es muy significativo.

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    1. Fernando, este país se merece otra derecha. Los conservadores moderados no están representados en el parlamento. Vox, al fin y al cabo una escisión del PP que llevaba mucho tiempo intentando salir a la luz, cuando lo ha hecho ha contaminado a un partido que hasta hace poco se podía homologar con las derechas europeas. Pero se han desmadrado y con su actitud han conseguido unir al resto de los partidos.
      Comparto contigo que esta legislatura puede resultar muy interesante. Estaremos al tanto.

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