Tachar de indiscriminada, desproporcionada y sangrienta la respuesta israelí a los ataques terroristas de Hamás era algo que hasta hace poco nadie
discutía, entre otras cosas porque cualquier ciudadano del mundo desayuna a diario contemplando en los noticiarios la barbarie desencadenada sobre Gaza, un auténtico genocidio. Sin embargo, de repente hemos pasado a
que algunos medios y algunos núcleos de opinión consideren que defender la
aplicación del derecho internacional en Palestina es cosa de peligrosos izquierdistas
amigos de Hamás. Yo no había visto un esperpento tan patético en mi vida, y mira
que ésta ha dado ya mucho de sí. Lo decente, según estas derecha y ultraderecha, es ponerse del lado de los
genocidas, de los asesinos de niños, mujeres, ancianos y civiles desarmados, argumentando que Israel tiene derecho a defenderse. Menuda falacia.
El maniqueo en esta ocasión transciende los límites de la
lógica, porque viene a sugerir algo así como que si eres de derechas tienes que estar con Israel, caiga quien caiga, y
si de izquierdas con Hamás, hagan éstos lo que hagan. No caben según los promotores de la consigna términos medios, no
existen para ellos soluciones como la defendida por Naciones Unidas, la de reconocer la existencia de dos estados independientes, con fronteras
perfectamente definidas y respetadas por las dos partes. Una solución que por
cierto lleva proponiendo la comunidad internacional desde que nació el conflicto en el año 1948 y que
Israel no ha aceptado nunca de buen grado, quizá porque deba de ser consciente de que la falta de consistencia de los argumentos que se utilizaron cuando nació como estado eran muy discutibles y, como consecuencia, vive bajo el constante temor a que algún día lo barran del mapa.
Pedro Sánchez se lo dijo al gobierno israelí en Tel Aviv cara a cara y
lo repitió después cuando regresó a España. No sólo eso, también condenó una
vez más los ataques terroristas de Hamás. Pero los "ideólogos" conservadores, en sospechosa coincidencia con los de VOX, decidieron coger el rábano por las hojas y crear un nuevo frente contra el presidente del
gobierno. Es verdad que ya está perdiendo fuelle, porque, como su imaginación no cesa de parir
afrentas, a continuación empezaron a tomar forma las denuncias de la futura entrevista entre el presidente del gobierno y Puigdemont.
Tampoco le auguro a esta última consigna demasiada permanencia en escena, porque ahora se están recreando en las dificultades parlamentarias del gobierno, rasgándose las vestiduras como si se tratara de una novedad. O, lo que ya es rizar el rizo de la ignominia, que Sánchez dice que quiere levantar un muro que divida a España en dos.
Volviendo al conflicto de Gaza, resulta indignante que se intente hacer política chica a partir de un genocidio. Deben de quedarles pocos argumentos a los que idean estas consignas, cuando tienen que recurrir a acusaciones tan miserables, como la de que este gobierno es amigo de los terroristas de Hamás.
Estos chicos de la derecha extrema y de la extrema derecha no se andan con chiquitas. Manda huevos, como diría el ínclito.
Son impresentables, y lo peor es que media España los cree y uno ni sabe qué contestar cuando alguien del pueblo te viene contando esta sartas de barbaridades malintencionadas.
ResponderEliminarFernando
Fernando, son impresentables, es cierto. Lo peor de todo es que van a continuar así durante toda la legislatura. Porque, aunque la mitad del pueblo los crea, saben que tienen muchas dificultades para recuperar el poder. Sus contradicciones se vuelven contra ellos, porque une más a los adversarios. Ellos sabrán lo que hacen.
EliminarCompletamente de acuerdo con el artículo. Ya he dicho alguna vez que la polarización nos lleva al desastre, tanto a nivel nacional, como internacional. Y la propagación de falsedades agrava las cosas. ¿qué se puede hacer? No se, tal vez los medios pudieran ayudar, pero lo que vende es el escándalo.
ResponderEliminarAlfredo, lo que sucede es que la bipolarización es una realidad con la que hay que contar, nos guste o no. Lo malo es que algunos, como no han digerido la derrota, ya no saben que hacer para derribar al gobierno y caen en el esperpento. En mi opinión, el PP se está equivocando de estrategia.
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