Supongo que cuando se acaban los argumentos, cuando a tu
gabinete no le da tiempo de idear nuevas acusaciones, hay que acudir a las ya
utilizadas hasta la saciedad, como es el hecho de que el dibujo
parlamentario presente serias dificultades a la hora de gobernar, algo que
sabemos todos desde el día siguiente al de las elecciones, cuando conocimos la
composición de las Cortes. Lo que no dice Núñez Feijóo es que este
parlamento le otorgó al señor Sánchez la investidura y, que, a pesar de su
“laberíntica” composición, aprobó hace unos días dos de los tres decretos que
se sometían a debate.
Lo sabemos, no hace falta que lo diga Núñez Feijoo. Esta legislatura no va a ser cómoda para el gobierno, ni mucho menos. Pero resulta que las dificultades proceden del resultado de la decisión democrática de los españoles en su conjunto. De todos, de los que apoyan a los partidos que a la derecha le parecen homologables y de los que votan a los que él eliminaría de la faz de la tierra.
Lo que sucede, además, es que ese variopinto panorama parlamentario, ese batiburrillo político tiene un elemento en común: que no quieren ver gobernar a quien se ha convertido en valedor de la ultraderecha y, como consecuencia, temen que si accede a la presidencia acabe con los avances de todo orden que se han conseguido en España en los últimos años. Doy por hecho que algunos de esos partidos no estarán de acuerdo con el señor Sánchez en muchas cosas, pero al utilizar una lógica política muy elemental inclinan la balanza del lado que al presidente del PP no le gusta.
Núñez Feijóo no debería llevarse tantos berrinches. Tendría que mantener la calma y no andarse con prisas. Yo le recomendaría que revisara sus estrategias, cambiara el tono y se despojase de la nefasta influencia de la ultraderecha, la que tiene dentro de su partido y la otra. Quizá, de esa manera, le llegue su oportunidad, como les llegó en su día a los señores Aznar y Rajoy.
Intentar sacar adelante tus
propuestas y llegar hasta donde se pueda es hacer política. Lo demás es fanfarria vocinglera.
Así es.
ResponderEliminarFernando