25 de febrero de 2024

... pon tus barbas a remojar

 

Hay que ver la cantidad de interpretaciones distintas que se pueden dar después de conocerse el resultado de unas elecciones. Supongo que todas están más o menos preparadas de antemano y que basta con una pequeña adaptación a la realidad de lo que las urnas hayan dicho para ponerse delante del atril y empezar a largar lindezas. Por eso, debido a que todo el mundo opina sin recato y en ocasiones con descaro sobre el resultado de los comicios gallegos, yo también voy a expresar mi propia opinión. ¿Por qué no?

Aunque el PP haya revalidado la mayoría absoluta que ya tenía y el PSOE se haya pegado un batacazo, ni voy a alabar a los primeros ni a denigrar a los segundos, porque ninguna de las dos cosas me ha sorprendido. Voy a decir simplemente lo que ya dije hace años, que la aparición de las izquierdas a la izquierda del partido socialista ha sido el peor acontecimiento que le haya podido suceder, no sólo al PSOE, sino a los progresistas de este país en general. Entonces lo expresaba como una opinión y ahora lamentablemente constato un hecho.

Los herederos del 15 M le han hecho un flaco favor a la izquierda. Nacieron para asaltar los cielos, combatieron contra la izquierda moderada acusándola de estar vendida a la derecha, se pelearon entre sus distintas familias como los escolares en los patios de un colegio, presumieron de haber crecido como la espuma, alardearon de ser el soporte necesario para que el PSOE pudiera gobernar, se estancaron, se dividieron, decrecieron y, como consecuencia, debilitaron la posición del partido socialista, el único en la izquierda con capacidad de ser alternativa a las derechas de este país, como se ha demostrado desde que volvió a España la democracia. Cuatro legislaturas con Felipe González, dos con Zapatero y una y pico con Sánchez; frente a dos con Aznar y dos con Rajoy. Si se me permite la expresión coloquial, goleada.

Que el PSOE haya perdido tantos votos en Galicia, que Sumar no haya conseguido ni un solo escaño y que Podemos ni esté ni se le espere es un evidente ejemplo de a lo que está llegando la izquierda con implantación en todos los territorios. Como consecuencia, y como votos progresistas sigue y seguirá habiendo, muchos votantes decepcionados se refugian en las izquierdas nacionalistas, aumentando con ello la división en el ala progresista.

Se le pueden dar más vueltas, tantas como se quiera. Pero lo cierto es que la izquierda está tocada, no digo de muerte, pero sí de gravedad. Es cierto que estas divisiones son históricas, no acaban de nacer; pero no lo es menos que los asamblearios de Pablo Iglesias -¿dónde está?- han hecho mucho daño, han torpedeado con sus utopías, con sus pretensiones desmedidas a la única izquierda que es posible en la Europa actual, la de los pies en la tierra, no la del asalto a los cielos.

La buena noticia es que se estaría a tiempo de rectificar. Pero para ello los dirigentes socialistas deberían armarse de realismo y dejarse de justificaciones. Porque aunque sea cierto que la estructura del PSOE sigue siendo sólida, con implantación en todas las comunidades, y que el modelo de Galicia no es extrapolable ni a otras comunidades ni mucho menos a unas elecciones generales, hay ocasiones en las que conviene poner las barbas a remojar.

 

6 comentarios:

  1. No puedo estar más de acuerdo. Las peleas de patio de colegio, no llevan a ningún lado. “Yo no he sido, yo no he sido”…Creo que para salír de esta situación hay que centrarse en la solución y no en el problema

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    1. Pero lamentablemente están descentrados. No quisiera exagerar, pero mucho me temo que si el ala progresista no reacciona con contundencia, no tardará en llegar un nuevo ciclo político, esta vez dirigido por la derecha y por la extremaderecha

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  2. Es totalmente ridículo: un solo partido de derechas (no sé siquiera si VOX se presentó en Galicia) frente a cuatro, presuntamente, de izquierdas.
    Creo que los de Sumar deberían haberse presentado en coalición con el PSOE (aunque no creo que a este último le interese tal alianza preelectoral) o, directamente, no haberse presentado.

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  3. Fernando, para mí lo más preocupante es que el ridículo espectáculo que ha dado la izquierda no nacionalista en Galicia se puede extrapolar al resto de España. Como dice el proverbio, que se aten los machos no vaya a ser que pierdan los zapatos.

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  4. A pesar de que favorecen la existencia de castas políticas y cierto grado de estancamiento, soy partidario del bipartidismo civilizado, es decir lejos de la polarización. Puede no ser lo óptimo, pero sí lo preferible.

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    1. Alfredo, yo creo que entre el bipartidismo y la fragmentación actual hay términos medios. Los partidos bisagra siempre han funcionado. Pero bisagras de verdad, no imitaciones de otros, no inventores de pólvoras que ya estaban inventadas, generalmente en torno a personajes que acceden a la política como "redentores de la humanidad". En los dos lados, en la izquierda y en la derecha.
      En cualquier caso, prefiero como tú el bipartidismo a la atomización.

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