Sólo por divagar un rato, y sin otro ánimo que el
entretenimiento, repasemos algunos posibles candidatos dentro y fuera de
nuestras fronteras. El nombre de Javier Milei, el flamante presidente de la
República Argentina, estaría posiblemente entre los mejor clasificados. Claro
que en este caso el jurado se encontraría con un serio problema al valorar su oratoria,
porque los leones no hablan, sino que rugen. Habría que recurrir a interpretes del
lenguaje leonino para descifrar algunos de sus mensajes, sobre todo
las expresiones del estilo libertad carajo, no porque no se entienda el
significado de cada uno de los vocablos que conforman la elegante expresión, sino porque procedentes de todo un
presidente de aquella gran nación resulta bastante incomprensible.
Habría también que atender a los chirridos de su famosa motosierra,
porque seguramente los agudos y los graves nos dieran alguna pista sobre su
oratoria. Pero, en cualquier caso, donde no creo que los jurados tuvieran dudas
es en la brevedad intelectual que le adorna, más parecida a la de un Neandertal
que a la de un mandatario del siglo XXI.
Es muy posible que Donald Trump le fuera a la zaga, porque
todavía no se le ha oído expresar alguna idea política que vaya más allá del America
First, de las instrucciones para construir muros antiinmigración, de las
llamadas a la insurrección anticonstitucional y de las acusaciones de senectud a sus
contemporáneos. Puede ser, no lo dudo, que en los numerosos juicios por
corrupción pendientes se defienda con alguna soltura, aunque seguramente serán
sus abogados quienes tengan que sortear los temporales. Por tanto, ni su
oratoria ni su escaso bagaje intelectual lo dejarían fuera de concurso.
Pero como no quiero que se me acuse de falta de patriotismo
-en estos tiempos hay que andarse con pies de plomo-, he buscado algún
candidato español digno de equiparación con los anteriores. No lo he tenido
fácil, porque hay tantos que uno corre el riesgo de cometer errores de bulto.
Hasta que el otro día oí a Isabel Díaz Ayuso comparar a ETA con Hamás, explicando
a su audiencia que cuando se premia al terrorismo se les concede territorios.
Quería decir que la banda terrorista vasca había conseguido la autonomía del
País Vasco y que con el reconocimiento del estado palestino los de Hamás obtendrían
una patria, precisamente en Palestina.
Mencionado una posible candidata española, la pregunta que uno debe hacerse a continuación es cómo puede ser
que personajes así puedan ganar sus respectivas elecciones. Yo no lo tengo
claro, por lo que dejo la respuesta a los sociólogos y a los psicólogos que son los que de esto
entienden.
Y el ganador es...
ResponderEliminarFernando
Fernando, un concurso muy reñido. Lo peor de todo es que cada vez se parecen más entre ellos. Fíjate que ahora algunos candidatos al premio sueltan lo de carajo como ocurrencia original y sus huestes le ríen la gracia.
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