15 de diciembre de 2019

Luchando con el subjuntivo

Conocí una vez a un alemán, un tipo simpático y jovial que andaría entonces por los cuarenta cuando yo por los treinta y pico. Hicimos buena amistad, a pesar de que pocas cosas nos unieran, porque es cierto que las relaciones laborales, sobre todo las de carácter comercial, lo llevan a uno en ocasiones a establecer vínculos insospechados. Hablaba muy bien el español, a pesar de que llevara viviendo muy poco tiempo en España. Un día le pregunté por su mujer y me contestó taxativamente: luchando con el subjuntivo, por lo demás muy bien.

Cuento esta anécdota porque tengo la impresión de que, a pesar de la riqueza que aporta a nuestro idioma la utilización de los tiempos verbales del subjuntivo, se está deteriorando su uso. Es verdad que en los idiomas vivos  con el tiempo caen en desuso muchas expresiones y no pocas palabras, pero me produce verdadera tristeza observar el mal trato que en concreto se le da a este modo verbal. El subjuntivo es imprescindible cuando se pretende formular afirmaciones hipotéticas, irreales, de incertidumbre o de incredulidad. Es cierto que en ocasiones se puede sustituir por el indicativo, pero a costa de perder la intención que subyace en la mente del hablante. No es lo mismo decir si vienes te lo explicaré que si vinieres te lo explicaría. Es sólo un ejemplo, pero invito a los que lean estas líneas a que analicen la diferencia.

El ejemplo que he puesto está en futuro (vinieres), quizá el tiempo más vilipendiado del subjuntivo. La Academia nunca lo ha desterrado de nuestro idioma, pero algunos lingüistas consideran su utilización un anacronismo. Se basan en que se puede sustituir por otros tiempos, del subjuntivo o del indicativo. Si alguien lo hiciere (si es que llega a hacerlo) se le llamaría la atención no expresa lo mismo que si  alguien lo hace se le llama la atención. En el primer caso hay duda, incertidumbre o incluso incredulidad; en el segundo certeza.

Otro error muy frecuente, del que muy pocos se libran, es confundir el pretérito imperfecto del subjuntivo con el futuro del subjuntivo. Si a esas horas hubiera llegado (no llegó pero podría haberlo hecho) no es lo mismo que si a esas horas hubiere llegado (puede ser que llegue a la hora prevista, pero no es seguro). Con las dos expresiones se transmite incertidumbre, pero al utilizar la primera nos estamos refiriendo a horas anteriores al momento de hablar y al formular la segunda a un tiempo porsterior. 

Metidos en el laberinto del subjuntivo -¡hay que tener ganas!, confesaré que siempre me ha parecido un prodigio de nuestro idioma la sabia combinación del subjuntivo con el condicional. Pondré un ejemplo para que se entienda mejor: si hubiera venido habría tenido que echarlo. La primera parte (subjuntivo) expresa hipótesis. La segunda (condicional) nos dice que sólo si se hubiera cumplido la condición se habría procedido a ejecutar la amenaza. En algunos lugares de España (donde manejan mal el subjuntivo) hubieran dicho: si habría venido le habría cantado las cuarenta.

La verdad es que no sé por qué le doy vueltas a estos vericuetos de nuestro idioma, cuando corro el riesgo de salir trasquilado. Pero es que a veces envidio el riesgo de andar por un cable tenso sin perder el equilibrio.

1 comentario:

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