2 de noviembre de 2022

Los humildes manuscritos de un escritor desagradecido

En 2007, mucho antes de que me decidiera a iniciar este blog, empecé a escribir, a mano y en un bonito cuaderno que compré en una visita al museo Thyssen -los artículos de papelería me provocan el consumo compulsivo-, una serie de reflexiones, sin otra pretensión que dar salida a mis inquietudes. Pero lo que empezó siendo un pequeño entretenimiento diario, acabó convertido al cabo de tres años de trabajo en la bonita cifra de trescientas cavilaciones, que por supuesto conservo como oro en paño.

Nunca pensé en publicar aquello y, cuando me puse a escribir en el blog con el propósito de que otros leyeran mis ocurrencias, dudé entre utilizar o no unos borradores polvorientos que permanecían ocultos en la oscuridad del fondo de un cajón. Mi decisión de entonces fue que no lo haría, entre otras cosas porque lo escrito a impulsos de la actualidad pierde vigencia inmediatamente. Sin embargo, en un momento de añoranza, momentos que con el tiempo se producen en mí con más frecuencia, he abierto el primero de los tres cuadernos que contienen las trescientas reflexiones y, para mi sorpresa, he llegado a la conclusión de que algunas de aquellas ideas, no sólo pudieran haber nacido hoy mismo, sino que además ilustran que casi todo lo que está sucediendo ahora en nuestro país son repeticiones de un pasado más o menos inmediato. Como para muestra basta con un botón, ahí van unos párrafos escritos el 28 de noviembre de 2008.

Una vez más nos encontramos ante un empate técnico entre los dos grandes partidos de cara a las elecciones del próximo mes de marzo. Al menos eso es lo que dicen las encuestas sobre la intención de voto de los españoles. De todas formas, aún se mantiene una diferencia de poco más de dos puntos a favor del PSOE, pero no conviene olvidar que la vez anterior, en 2004, iba por delante el PP y al final ganó el partido socialista.

A estas alturas sigo confiando en que gane el PSOE, no sólo porque no ha defraudado a su electorado, sino además por la inadecuada oposición que ha hecho a lo largo de estos años el PP, basada en temas monográficos como el autonómico o el terrorismo, sin entrar nunca en el debate que de verdad interesa a los ciudadanos, el de los problemas del día a día. De todas formas, ya lo ha advertido Zapatero, las espadas están en alto y el resultado final no está claro. La abstención, enemiga de la izquierda, puede favorecer al PP, y por eso el PSOE tiene que esforzarse para movilizar a sus potenciales votantes.

He transcrito estos dos párrafos de mis manuscritos, porque a mi entender reflejan lo que he dicho más arriba, que hay cosas que en este país no cambian con el tiempo. El bipartidismo continúa, a pesar de los nuevos actores políticos, y la balanza se inclina a uno u otro lado gracias al voto de una estrecha franja de votantes de centro que no se sienten comprometidos a priori ni con aquéllos ni con estos, ni con éstos ni con aquéllos.

Es posible, no lo aseguro, que a partir de ahora desentierre de vez en cuando mis humildes reflexiones de hace unos años. Será una forma de congraciarme con ellas, porque estoy seguro de que allá en la soledad de ese cajón en el que las confiné un día, habrán pensado de mi que soy un desagradecido, que no les he devuelto el favor que me hicieron al permitirme desahogar mis inquietudes. 

De bien nacidos es ser agradecidos.

5 comentarios:

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  2. Me parecen interesantes esos manuscritos desenterrados. Suenan a historia más que a rabiosa actualidad.
    En tan solo catorce años los tiempos de las mayorías absolutas han dado paso a mayorías relativas que necesitan para gobernar el apoyo de otras fuerzas menores, lo que nos obliga, con mucho esfuerzo, y a veces con nula voluntad, a negociar acuerdos con los que no piensan igual que nosotros.

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    1. Sin embargo, el bipartidismo sigue existiendo, porque PP y PSOE suman casi el sesenta por ciento de la intención de voto. Algunos de los entonces llamados partidos emergentes están a punto de desaparecer y otros o han perdido fuelle o han cambiado el estilo. Pero sí, es cierto, no parece que los dos grandes puedan conseguir mayorías absolutas. Al menos de momento.

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    2. Entrar en el día a día es lo que ayudaría a mejorar las propuestas del gobierno y beneficiaría a España, pero está claro que lo que interesa a la oposición es "quitarte tú para ponerme yo". Ahora bien tengo que decir que centrarse mas de la cuenta en ocupar el poder no es exclusivo del PP, aunque hay que reconocer que en eso se esmera.

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    3. Alfredo, en mi opinión, intentar ocupar el poder no es espurio, sino la única manera en democracia de continuar haciendo las reformas que se defienden. Lo que no es aceptable es utilizar la mentira, el bulo y la difusión de falsas informaciones para conseguirlo. Y eso es lo que está haciendo ahora la oposición.

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