10 de julio de 2023

No se puede estar en misa y repicando

Decía yo el otro día, a propósito de un comentario en este blog, que la izquierda española debería hacer una profunda reflexión sobre las causas que han justificado la severa derrota que sufrió en las pasadas elecciones municipales y autonómicas. Desde mi punto de vista algunas son tan evidentes que cuesta trabajo pensar que no se vayan a corregir. Pero como a veces la torpeza política es reincidente, me preocuparía que lloviera sobre mojado, en cuyo caso, como dicen los castizos, apaga y vámonos.

La primera de todas las causas y quizá la más importante ha sido la pésima información que el gobierno ha trasmitido a la ciudadanía a lo largo de la legislatura, permitiendo, entre otras cosas, que la bola de nieve de la presión mediática de la derecha y de la ultraderecha fuera creciendo sin control hostigada por el dinero de las oligarquías. Pedro Sánchez lo ha reconocido, justificando el craso error en que no era consciente de lo que estaba sucediendo. Yo le creo, porque la realidad demuestra que en ocasiones él y sus portavoces parecían ajenos al deterioro de imagen que estaba sufriendo Que lo reconozca ahora sugiere que está dispuesto a cambiar de estrategia informativa, pero debería apartar de su lado a alguno de sus consejeros en asuntos de comunicación. De hecho, algo empieza a notarse.

La segunda, desde mi punto de vista, el comportamiento de su socio de gobierno, Podemos, a cuyos dirigentes habría que haberles recordado que no se puede estar en misa y repicando. No es posible formar parte de un ejecutivo y estar al mismo tiempo criticando e incluso votando en contra de las decisiones gubernamentales. Es cierto que no es lo mismo gobierno que partido, pero no lo es menos que el sentido común aconseja no exteriorizar las discrepancias. Esas situaciones provocan desconcierto en propios y ajenos y a la oposición le da pábulo para acusar de incoherentes a los que gobiernan. Por cierto, Yolanda Díaz ha sido en cierto modo la excepción, porque ha interpretado bien el difícil papel de defender sus principios y ser fiel a su pertenencia al gobierno. De hecho, esa ha sido la razón por la que decidió desmarcarse del partido que fundó Pablo Iglesias y a constituir Sumar.

Por último, entre las causas que han llevado a la izquierda a la anterior derrota está la compleja realidad del batiburrillo de fuerzas que han apoyado al gobierno en la anterior legislatura, desde el moderado PNV, pasando por el independentista Esquerra y terminando por los herederos de los que respaldaron políticamente el terrorismo. Es cierto que, como ahora explica Sánchez, no ha gobernado con ellos, sino simplemente ha pactado acuerdos concretos, sólo en algunas ocasiones, para sacar adelante sus iniciativas legislativas. Pero también en esto ha faltado información, porque hasta ahora ni el presidente ni ninguno de sus portavoces había salido a la palestra para explicarlo, permitiendo que la oposición fomentara la idea de que se había vendido a los separatistas.

Decía arriba que se está notando un cambio de actitud por parte de Sánchez, pero a estas alturas es difícil saber si será capaz de modificar sustancialmente su imagen, porque el daño ha sido muy profundo. En cualquier caso, sigo pensando que todavía queda mucho partido, con jugadas como el debate de esta noche que, por cierto, no me perderé para reflexionar sobre su desarrollo en un próximo artículo.

4 comentarios:

  1. Veremos el debate para luego seguir reflexionando.
    Fernando

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    1. Como digo en este mismo artículo, en unos días publicaré mis impresiones sobre el debate.

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  2. Sánchez tiene una bien ganada imagen de atrevido, pero ha dejado - creo yo - pasar la ocasión de dar un vuelco a la expectativas de voto. Las diferencias no son grandes y la aceptación de la invitación de Feijóo de permitir gobernar al partido mas votado habría hecho cambiar el voto a muchos electores.

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    1. Alfredo, la oferta de Feijoo, que pretende aplicarla donde le interesa, es muy conocida. Pero en un sistema parlamentario gobierna quien consigue mayoría en la investidura. Estamos en una etapa de bloques, nos guste o no. Es posible que el PSOE se quede por detrás del PP, pero eso no significaría que Feijoo contara con el respaldo de la mayoría de los españoles.

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