Dicho lo anterior, Pedro Sánchez se encuentra ante una difícil situación, en la que se va a poner a prueba su capacidad negociadora. Los posibles acuerdos que establezca con las distintas partes con las que tiene que negociar para que apoyen su investidura nunca podrán sobrepasar los límites de la legalidad vigente, es decir los que marca la Constitución. Pero es que, además, como algunos de los interlocutores sí han traspasado en alguna ocasión esas fronteras, y como consecuencia han sido condenados por los tribunales de justicia, está obligado a la máxima cautela, no vaya a ser que los acuerdos a los que llegue sean interpretados como avales a su inocencia.
No lo tiene fácil. Sin embargo, eso no significa que no disponga de margen de actuación, porque en política el terreno de juego es muy extenso. Sus interlocutores conocen tanto la existencia de líneas rojas insalvables como la amplitud de la cancha, por lo que es fácil suponer que se ciñan a la realidad y no pidan imposibles. Otra cosa será lo que digan fuera de la negociación, porque detrás de un político hay siempre unas bases de seguidores exigentes que piden lo imposible.
Supongo que las negociaciones ya se han iniciado y que por tanto todos los actores en escena conocen perfectamente a estas alturas las reglas del juego que están jugando. Todos habrán empezado con exigencias de máximos y todos sabrán perfectamente hasta dónde pueden llegar. Por tanto, aquí lo único que cabe es esperar a ver los resultados y mientras tanto no interpretar al pie de la letra lo que se vaya diciendo, porque en ocasiones airear discrepancias insalvables forma parte de la negociación.
No creo que ninguna de las partes vaya a romper la baraja antes de repartir las cartas. Todos sin excepción se juegan mucho, porque, aunque los resultados de las elecciones no les hayan favorecido tanto como hubieran querido, la alternativa de una repetición de elecciones podría colocarlos en peor posición. Esta etapa, desde un punto de vista electoral, en principio ya se ha decidido, porque la ciudadanía ha votado. Lo sensato es obtener los mejores réditos políticos posibles y mirar hacia adelante.
Ahora bien, la política no es una ciencia exacta, entre otras cosas porque las variables son tantas y tan mutables que en ocasiones lo razonable se trasforma en dislate. Las espadas seguirán en alto hasta que terminen estas difíciles negociaciones, en las que se van a poner a prueba las capacidades negociadoras de unos cuantos líderes políticos.
Negocio es lo contrario de ocio. Y ocio es precisamente lo que ahora las izquierdas representadas por Sánchez y Díaz y los nacionalismos de derechas e izquierdas no se pueden permitir, aunque sea verano y haga calor.
ResponderEliminarEl anónimo de arriba vuelvo a ser yo, Fernando
ResponderEliminarFernando, bonito juego de palabras. Por lo que se observa, no parece que impere el ocio en ninguno de éstos partidos. Veamos a dónde llegan.
EliminarHay que buscar el acuerdo, pero todo buen negociador sabe que es mejor un no-acuerdo que un mal acuerdo. So no hay acuerdo hay que ver qué alternativas se tienen. Si las alternativas son poco atractivas, puede ocurrir que la otra parte crea que puede pedir mucho y que se aceptará. Entonces en nuestro caso, el de España tras el 23 de Julio, el acuerdo puede significar que un porcentaje relativamente pequeño en el total de España imponga sus criterios a todo el país. Por eso Sánchez debería cuidar y mantener vivas todas la alternativas; con convicción y de forma creíble. Eso evitará que algunos pidan lo imposible.
ResponderEliminarAlfredo, además de los no-acuerdos y los malos acuerdo existen los buenos acuerdos.
EliminarLa democracia parlamentaria que se instauró en España en 1978 prevé que pequeñas minorías puedan articular mayorías. No es una fórmula caprichosa sino una decisión muy meditada por los padres de la Constitución.
Yo confío en que Sánchez maneje las conversaciones de manera adecuada, sin vulnerar la carta magna, entre otras cosas porque no es posible hacerlo de otra manera.
Por cierto, Artur Más acaba de decir que exigencia no significa intransigencia. No puedo estar más de acuerdo.
why not try a "gran coalicion"? I can't believe that there are not a few points which PSOE and PP cannot agree on, for example:
ResponderEliminar- cambio climático: una política de expansion de energia alternativa, concentrando en ahorro de agua y prevención de incendios, inversiones que producen muchos puestos de trabajo
- una política sobre impuestos, acordado por los dos partidos, puede evitar muchos argumentos en el futuro,
- mientras en el parlamento deciden cosas practicas, un " think tank" de miembros de los dos partidos, separatistas y EU oficiales pueden encontrar una solución para mantener España como un único pais
Dear Miguelito, in my opinion, a great coalition between a progressive and reforming party (PSOE) and another (PP) that has included the extreme right (Vox) in the institutions is not possible.
EliminarComo digo en mi artículo, dejemos que se inicien las conversaciones con los demás partidos.y veamos a dónde se llega.
En cualquier caso, si gobierna Sánchez no veo en peligro la unidad de España. Ha demostrado que tiene muy claras las ideas. La Constitución no lo permite y modificarla no parece posible.
Lo que dices en tu respuesta, Luis, es cierto. Pero estarás de acuerdo conmigo en que para una negociación con buenos resultados es muy conveniente que la otra parte sea consciente de que tienes alternativas. Si no, es probable que haya peticiones poco razonables.
ResponderEliminarLo que sucede, Alfredo, es que en este caso el PP no puede formar gobierno, porque no cuenta con más apoyos que los de Vox, y el PSOE necesita todos los demás para que Sánchez consiga la investidura. Es el escenario que hay, nos guste o no. Por supuesto que las negociaciones van a ser difíciles. Ahora bien, no veo que sea imposible llegar a acuerdos dentro de la legalidad constitucional.
EliminarDesde mi punto de vista se habrá puesto freno a la ultraderecha populista y antisistema y el gobierno de coalición podrá continuar con las reformas progresistas, con la política social y económica que algunos llaman "sanchismo".
La idea que PSOE puede sobrevivir mucho tiempo con la abstención de un grupo separatista mucho tiempo, encuentro " wishful thinking".
ResponderEliminarCon una coalition grande desaparace en escala nacional la influencia de vox y partidos nacionalistas/ separatistas durante 4 (?) años. En la escala comunidad, la gente van a aprender rápidamente que votando vox han votado mal.
España tiene que aprender que la democracia es muy frágil, y que Hitler ha sido votado en un sistema "democratico".
Miguelito, my friend, I notice you insist on a grand coalition.
EliminarPero desde mi punto de vista las diferencias entre el PP y el PSOE son demasiado grandes para que pudieran gobernar juntos.
España conoce muy bien la fragilidad de la democracia porque ha sufrido una dictadura. Precisamente por ello hay que tener mucho cuidado con el avance de la extrema derecha, a quien el PP está metiendo en las instituciones.