17 de diciembre de 2023

De emergentes a efímeros

 

A pesar de que no ha transcurrido demasiado tiempo desde que nacieron los entonces llamados partidos emergentes -Ciudadanos y Podemos-, a mí me da la sensación de que todo aquello sucedió hace una eternidad. Del primero de los dos, del flamante partido conservador liderado por Albert Rivera, poco hay que decir. Simplemente que apareció como una estrella fugaz, que atravesó un periodo de ascenso vertiginoso, que se estancó en sus propias contradicciones y que se extinguió rodeado por el silencio y la indiferencia del electorado. Dentro de unos años nadie se acordará de su efímera existencia. En su día dije, y hoy lo vuelvo a repetir, que en política las marcas blancas no suelen triunfar; sólo, si acaso, sembrar el desconcierto durante un breve periodo de tiempo. El electorado termina dándose cuenta de que la pólvora ya estaba inventada.

Lo de Podemos requiere un análisis más detallado. Nació intentando dar nuevos bríos a Izquierda Unida, que a pesar de sus numerosas transformaciones no conseguía levantar cabeza en las elecciones generales. Su leitmotiv fue desde el principio sacudir los cimientos del partido socialista, que a su juicio se había acomodado a la alternancia y no defendía con la contundencia necesaria los intereses de las clases más desfavorecidas de la sociedad. Desde el primer momento utilizó un lenguaje agresivo, de corte populista, tachando de casta a los partidos ya existentes. Sus principios se basaban en decisiones asamblearias, para que no quedara la menor duda de que ellos eran algo distinto a los demás.

De la misma forma que Ciudadanos intentó sobrepasar al PP en número de votos, aunque nunca lo lograra, Podemos eligió como meta de sus aspiraciones erigirse en el sustituto del PSOE. Con el voto de censura contra Rajoy, motivado por las implicaciones del partido conservador en diversos asuntos de corrupción, y después de dos elecciones consecutivas, entró a formar parte de un gobierno progresista presidido por Pedro Sánchez. Con esta irrupción en la política institucional empezó una nueva etapa, durante la cual sus ministros se convirtieron en los pepitos grillo del consejo de ministros. No contentos con las legítimas discrepancias que surgían en las deliberaciones a puerta cerrada del gabinete gubernamental, en cuanto salían a la calle pregonaban a voz en grito sus desacuerdos, alimentando las críticas de la oposición.

Una de sus ministras, Yolanda Díaz, decidió cambiar el estilo bronco y malcarado que caracterizaba a sus compañeros de formación por otro más amable y cercano a sus aliados, más útil a los intereses de los programas que compartían los dos socios de la coalición y, sobre todo, más pragmático, aunque sin abandonar su radicalidad progresista. Eso la llevó a liderar una nueva formación, Sumar, que, aunque no se anunciara así, era la sustituta del ya debilitado Podemos.

Nuevas elecciones, nueva coalición, ahora entre el PSOE y Sumar, y espantada de los cinco escaños de Podemos que figuraban en las listas de la formación liderada por Yolanda Díaz. Todo lo cual, por cierto, instrumentado con la misma música de fondo que los acompaña desde que salieron a la palestra, la de si no fuera por nosotros el mundo de los trabajadores seguiría sin referente político. Irene Montero, en una de sus últimas comparecencias públicas para anunciar que se presentaba a las elecciones europeas, dijo algo así como que no se iban a conformar con las migajas que les dejaba el bipartidismo, Lo de migajas lo dice ella, pero en cualquier caso si alguien les ha dejado algo es el electorado. No sabemos que pueda suceder a partir de ahora, pero dados los antecedentes de su comportamiento todo hace temer que puedan convertirse una vez más en un freno en vez de un estímulo para las políticas progresista.

Lo dicho, de emergentes a efímeros.

4 comentarios:

  1. Luis, lo de “la casta” de Podemos lo utilizó, o mejor, lo copió también Milei en Argentina en su campaña electoral como algún comentarista político de aquel país recordó.
    Curioso que dos partidos tan alejados utilicen los mismos argumentos.
    ¿Lo usará aquí Abascal?
    Angel

    ResponderEliminar
  2. En cuanto a Ciudadanos, poco hay que añadir, pues ya lo has dicho todo o casi todo.

    En cuanto a Podemos, partido al que he seguido un poquitín más de cerca, quiero comentar, con tu permiso, algo más.

    El origen de PODEMOS, tal como yo lo veo, tiene tres vertientes:
    1. Universidad
    2. Medios
    3. Grupo de amigos reunidos en una librería.

    1. En cuanto a la Universidad, al parecer, fueron los alumnos de Pablo Iglesias los que le animaron a fundar un partido político. Imagino que Pablo Iglesias era un vibrante y apasionado comunicador que cautivaría a las aulas.

    2. Los Medios, una vez más (recuerdo 13TV) ensalzaron a Pablo Iglesias como un excelente tertuliano.

    3. El grupo de amigos compuesto por Iglesias más Monedero, Errejón, Urbán, etc, reunidos, al parecer (siempre "al parecer"), en una librería madrileña, deciden fundar un partido político, de izquierdas pero transversal.

    El problema de Podemos, que fue en su origen una virtud (la emotividad, la pasión...) fue a la postre su mayor vicio, porque creo que en política, a la larga, predominan y son más de fiar las actitudes tolerantes, la diplomacia, la elegancia, la capacidad de negociar, la disciplina, etc, y de todo eso le ha faltado a Podemos, empezando por su lider máximo, Iglesias, el cual no ha tenido la paciencia necesaria (el otro día hablamos de los pecados capitales, y la paciencia es la virtud contraria a la ira, vicio del que peca Iglesias, o al menos eso es lo que transmite) para seguir liderando el barco, una vez que éste empezó a dar muestras de zozobra y escoramiento.

    La Política "Espectáculo" del ruido, que ha sido la bandera de Podemos, como todo espectáculo, ha pasado de moda, y por consiguiente, a mi juicio (siempre a mi humilde juicio) ha llegado a su fin, y se irá hundiendo hasta que sólo su capitana quede a bordo, valga la metáfora, y que me perdonen los fans de Podemos, partido del que he sido ferviente seguidor en sus orígenes.

    En cuanto a Sumar, está por ver si su presencia en el Gobierno la desacredita o la aúpa en intención de voto. Es un difícil equilibrio el que vive esta coalición: ¿cómo hacer para que sus políticas sociales se hagan notar sin que parezca que todas ellas son debidas a la buena labor del Gobierno de Pedro Sánchez?

    Creo que la cuestión da para otro u otros muchos artículos, Luis, así que ¡manos a la obra!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Fernando, por tu documentada exposición de antecedentes..
      Desde mi punto de vista, a Podemos le han perjudicado dos "pecados " políticos, uno de forma y otro de fondo. De forma: su estilo bronco y algo petulante; de fondo: la falta de pragmatismo. Los cielos no se asaltan, se conquistan paso a paso. La vehemencia no es una buena consejera. para alcanzar metas difíciles. Repito una frase de Unamuno que me impactó cuando la leí siendo muy joven: prefiero -decía- la gota que horada que la convulsión volcánica.
      Seguramente seguiré hablando de Podemos, porque en esta legislatura se van a hacer notar.

      Eliminar

Cualquier comentario a favor o en contra o que complemente lo que he escrito en esta entrada, será siempre bien recibido y agradecido.