El esperpéntico affair Bolaños es uno de ellos. Yo en su caso, suponiendo que hubiera ido al espectáculo de la Puerta del Sol, me habría callado y le hubiera ordenado a mi responsable de protocolo que lo dejara "pa´prao". Se había metido en la boca de la loba, en las fauces de la insaciable presidenta de Madrid, sin medir bien hasta dónde es capaz de llegar una dirigente antisistema, populista y separatista a su manera, porque lo que hizo doña Isabel ese día significa que antepone la autonomía que preside a la nación a la que pertenece. Una salida de tono como la de ese día yo no la había visto antes ni en las parodias.
He leído muchas definiciones de populismo. Pero yo me quedo
con aquella que lo define como el conjunto de manifestaciones políticas que
despiertan el aplauso del populacho, aludiendo con este despectivo nombre a los que
carecen de buena formación. Por otra parte, antisistema significa estar en contra de las
instituciones, y no se puede negar que cerrar el paso en un acto institucional a un ministro del gobierno entra dentro de esta categoría.
Nunca lo había visto hasta ahora, al menos en nuestro entorno, quiero decir en el
mundo civilizado. Supongo que en algún rincón del planeta alejado de la civilización y de la cultura se darán estos
comportamientos, pero no aquí, entre nosotros.
Pero los populistas tiene adeptos, como los tienen los antisistemas, sobre todo cuando se visten con retoques goyescos y se perfuman a diario. Por eso doña Isabel se recrea en episodios como el de la Puerta del Sol, porque sus consejeros le han enseñado que son muchos los que aplauden sus salidas de tono, sus enfrentamientos con las instituciones y su indisimulada chulería. Porque saben que mientras se habla de estas nimiedades se dejan a un lado las críticas a la gestión de la sanidad, de las listas de espera, de la educación, de las residencias de mayores, de las guarderías y de todo aquello que de verdad interesa a los ciudadanos.
Bolaños se ha equivocado. En vez de dejarlo "pa´prao", ha entrado al trapo y le ha dado cuerda a la señora Díaz Ayuso. Supongo que ésta se habrá frotado las manos, porque debía de estar un poco preocupada porque lo de Doñana le estuviera dando demasiado protagonismo al señor Moreno Bonilla y quitándoselo a ella.
Es impresentable lo de esta señora. No sé cómo es posible que las encuestas le den tanta intención de voto. ¿Es que hay tanto "populacho" en la Comunidad de Madrid?
ResponderEliminarFernando
Lo cierto es que las encuestas dicen que rozará la mayoría absoluta. Lo que hay en Madrid es una gran división de la izquierda y una enorme falta de liderazgo en los partidos progresistas.
EliminarProbablemente Bolaños se equivocó, pero tal vez intentó contrarrestar la presencia en la tribuna de Feijóo, que supongo que tenía una intención electoralista. No solo Isabel Rodríguez hace uso electoralista de las instituciones.
ResponderEliminarAlfredo, en mi opinión no es lo mismo que un portavoz del gobierno defienda la gestión del ejecutivo al que representa, que el hecho de que una presidenta de comunidad impida el acceso de un ministro a la tribuna. Lo primero forma parte del oficio de portavoz, lo segundo es un comportamiento antisistema.
EliminarEn cualquier caso, ¿dónde empieza el electoralismo y acaba la comunicación?
Respecto a lo de la Ayuso, de acuerdo, como es natural. Ahora bien, la portavoz tiene que explicar las actuaciones del Gobierno, pero no criticar explícitamente a un partido con el que compite.
ResponderEliminarSuelo ver las ruedas de prensa posteriores a los consejos de ministros en 24H. Cuando a la portavoz le preguntan los periodistas por alguna acusación de la oposición, contraataca. A mí me parece razonable. El silencio por respuesta es admitir la acusación.
EliminarEn cualquier caso, está claro que en esto tenemos puntos de vista diferentes.