De Ciudadanos ya he escrito en varias ocasiones en este blog, pero hasta ahora sin dedicarle la atención específica que en mi opinión se merece, no sólo por su rápido crecimiento en intención de voto, también por el perfil político que observo en las personas que a mi alrededor confiesan su preferencia o al menos simpatía por este partido emergente, quienes, casi en su totalidad, pertenecen a esa franja ideológica que yo me atrevería a situar entre la izquierda del PP y la derecha del PSOE. He dicho casi en su totalidad para cubrirme las espaldas, porque en realidad algunos de ellos asumen que se trata de un partido socialdemócrata, apreciación con la que no estoy de acuerdo en absoluto.
En mi opinión el pensamiento de Ciudadanos es conservador, aunque si lo comparamos con el del PP pudiera resultar hasta progresista. Prueba de ello, de que al fin y al cabo es un partido de derechas, es que Esperanza Aguirre no descarta una posible alianza poselectoral con ellos, al mismo tiempo que la cúpula del Partido Popular ha rectificado su estrategia de descrédito, por no decir de acoso y derribo, hacia esta formación. Ya no se refieren a "Ciutadans" como si se tratara de un partido foráneo (¡qué cosas hay que oír!), ni amenazan con la llegada al poder de los catalanes, una de los disparates políticos más grandes que se han dicho en los últimos días. Ni Groucho Marx hubiera superado una payasada dialéctica como la que acabo de mencionar. Pero en España siempre ha habido separatistas y separadores, estos a mi juicio más peligrosos para los intereses de España que los primeros, en cuanto que dan pábulo, con su ignorancia o quizá mala intención, a las pretensiones de los que pretenden fraccionar nuestro país desde alguna de sus diversas sensibilidades nacionales.
Quizá la prueba del algodón del posicionamiento político de Ciudadanos la tengamos dentro de unos días, cuando comprobemos su voto en la sesión o sesiones de investidura de Susana Díaz en el Parlamento andaluz. Doy por descontado que será negativo en la primera de ellas, aunque sólo sea para marcar diferencias y hacerse valer, pero ignoro qué harán en la segunda y definitiva de la primera ronda. Desde mi punto de vista, si no favorecen con su abstención el acceso del PSOE al gobierno de Andalucía, estarían lanzando claros mensajes de escorar a la derecha, aunque pretexten hacerlo porque están en contra de la corrupción, como si los demás no estuvieran. El asunto de Chaves y Griñán está en los tribunales y hay que esperar a que se dicte sentencia o al menos a que se les imputen delitos concretos. Ahora toca hacer política con mayúsculas y no demagogia con minúsculas.
Como los caminos de los políticos son inescrutables, vaya usted a saber qué abriga la mente de lo dirigentes de Ciudadanos, si competir abiertamente con el PP para ocupar un lugar preeminente en la derecha del arco parlamentario, o convertirse en un partido de clara tendencia centrista, al que no le asusten posibles alianzas con la izquierda moderada. Sospecho que muchos de los simpatizantes de este partido a los que aludía arriba abrigan la esperanza de que sea lo segundo. ¿Pero lo verán igual Albert Rivera y compañía? La verdad es que no lo sé. Lo único que parece seguro es que, dependiendo de lo que decidan sus líderes, Ciudadanos podría consolidarse como partido de ámbito nacional o pasar a la historia de los intentos, lo que parece que le está sucediendo a UPyD, que tuvo su oportunidad y no supo aprovecharla.
Tengo que reconocer que para un simple aficionado a la actualidad política como yo, este año de cambios y sorpresas está resultando ser una auténtica bicoca, un manantial de información inagotable. Todos los días desayuno con alguna novedad, con lo que lo difícil no es encontrar noticias que comentar, sino elegir la más interesante entre tantas.
En mi opinión el pensamiento de Ciudadanos es conservador, aunque si lo comparamos con el del PP pudiera resultar hasta progresista. Prueba de ello, de que al fin y al cabo es un partido de derechas, es que Esperanza Aguirre no descarta una posible alianza poselectoral con ellos, al mismo tiempo que la cúpula del Partido Popular ha rectificado su estrategia de descrédito, por no decir de acoso y derribo, hacia esta formación. Ya no se refieren a "Ciutadans" como si se tratara de un partido foráneo (¡qué cosas hay que oír!), ni amenazan con la llegada al poder de los catalanes, una de los disparates políticos más grandes que se han dicho en los últimos días. Ni Groucho Marx hubiera superado una payasada dialéctica como la que acabo de mencionar. Pero en España siempre ha habido separatistas y separadores, estos a mi juicio más peligrosos para los intereses de España que los primeros, en cuanto que dan pábulo, con su ignorancia o quizá mala intención, a las pretensiones de los que pretenden fraccionar nuestro país desde alguna de sus diversas sensibilidades nacionales.
Quizá la prueba del algodón del posicionamiento político de Ciudadanos la tengamos dentro de unos días, cuando comprobemos su voto en la sesión o sesiones de investidura de Susana Díaz en el Parlamento andaluz. Doy por descontado que será negativo en la primera de ellas, aunque sólo sea para marcar diferencias y hacerse valer, pero ignoro qué harán en la segunda y definitiva de la primera ronda. Desde mi punto de vista, si no favorecen con su abstención el acceso del PSOE al gobierno de Andalucía, estarían lanzando claros mensajes de escorar a la derecha, aunque pretexten hacerlo porque están en contra de la corrupción, como si los demás no estuvieran. El asunto de Chaves y Griñán está en los tribunales y hay que esperar a que se dicte sentencia o al menos a que se les imputen delitos concretos. Ahora toca hacer política con mayúsculas y no demagogia con minúsculas.
Como los caminos de los políticos son inescrutables, vaya usted a saber qué abriga la mente de lo dirigentes de Ciudadanos, si competir abiertamente con el PP para ocupar un lugar preeminente en la derecha del arco parlamentario, o convertirse en un partido de clara tendencia centrista, al que no le asusten posibles alianzas con la izquierda moderada. Sospecho que muchos de los simpatizantes de este partido a los que aludía arriba abrigan la esperanza de que sea lo segundo. ¿Pero lo verán igual Albert Rivera y compañía? La verdad es que no lo sé. Lo único que parece seguro es que, dependiendo de lo que decidan sus líderes, Ciudadanos podría consolidarse como partido de ámbito nacional o pasar a la historia de los intentos, lo que parece que le está sucediendo a UPyD, que tuvo su oportunidad y no supo aprovecharla.
Tengo que reconocer que para un simple aficionado a la actualidad política como yo, este año de cambios y sorpresas está resultando ser una auténtica bicoca, un manantial de información inagotable. Todos los días desayuno con alguna novedad, con lo que lo difícil no es encontrar noticias que comentar, sino elegir la más interesante entre tantas.
Luis, que el Sr. Floriano no dijo "Ciutadans" para desacreditarlos como partido catalán, que dijo "Ciudatans".
ResponderEliminarSe nota que no ves "El Intermedio".
Te dejo el enlace a la explicación del PP.
http://ecodiario.eleconomista.es/politica/noticias/6589468/03/15/El-PP-alega-que-Floriano-dijo-Ciudatans-porque-es-extremeno-y-no-pronuncia-catalan.html#.Kku8r9qEykswA4V
Angel
Mi referencia a esa patochada no es sólo por lo que dijo Floriano, sino por lo que les he oído decir a otros muchos líderes populares, algunos de ellos sin errores de pronunciación ni de trabucación de letras.
EliminarDices en tu entrada...."PP pudiera resultar hasta progresista. Prueba de ello es que Esperanza Aguirre no descarta una posible alianza poselectoral con ellos...". ¿De verdad que el propósito de doña Aguirre de aliarse con ellos es una prueba de progresía? Eso viene a ser tanto como afirmar que Aguirre es progresista, ¿no? Ay, Luis...
ResponderEliminarEn cuanto a los votos en la investidura de Susana Díaz, ella ha tenido la mala suerte de que todo el mundo valora las autonómicas andaluzas como una especie de tráiler de las que le siguen en este año y por lo tanto, cada partido quiere marcar músculo exagerando aquello de lo que presumen. Esto vale para los castosos y sus rayas rojas (como el Signal) y los Ciudadanos y su José Antonio Primo de Rivera de tercera clase. Mal veo la investidura.
Amigo Mulliner, te recomiendo que leas el párrafo aludido con más detenimiento. Digo justo lo contrario de lo que tú dices que digo: que la señora Aguirre cuente con Ciudadanos es prueba de que éstos son conservadores, no que ella sea progresista.
EliminarQuerido Luis: dices que Ciudadanos pretexta estar en contra de la corrupción, como si los demás no estuvieran. Yo creo que "los demás", dirigentes de PP, PSOE y otros partidos que han gobernado y gestionado los asuntos públicos durante los últimos cuarenta años, si estuvieron en contra de la corrupción, no se les noto demasiado. Muchos de ellos financiaron sus partidos de manera corrupta, algunos se enriquecieron personalmente y los pocos que pagaron por ello, fueron rápidamente indultados. La corrupción no es un pretexto, aunque los partidos corruptos la utilicen como un trato que tirarse a las cabezas. Es un problema muy profundo y extendido, herencia indeseable de nuestro pasado franquista y mantenido desde la transición, por las evidentes ventajas que proporciona a los que mandan, y el pequeño coste político que supone en una sociedad "católica" proclive al perdón y la misericordia con los estafadores y solidaria con el enriquecimiento rápido e ilícito, puesto que es casi imposible en la burocrática España alcanzarlo de otra manera. O te toca la lotería, o te haces concejal, o las dos cosas a la vez. Volviendo al asunto, me parece muy normal que se palpen la ropa los de Ciudadanos antes de favorecer un gobierno del PSOE en Andalucía, después de tantos años en el poder la reforma del partido no ha sido tan profunda y apoyarlos aunque sea mínimamente tiene muchos riesgos. Un abrazo de Fito
ResponderEliminarQuerido Fito, ante todo bienvenido a este blog. Confío en "verte" por aquí de vez en cuando, aunque sea para coincidir con mis puntos de vista. Si encima discrepas, mejor que mejor, porque te considero un buen polemista.
EliminarCómo no voy a estar de acuerdo contigo en que la corrupción es un problema muy profundo y extendido. No se me ocurriría decir lo contrario y en este blog ya he ido dejando constancia de mi opinión al respecto. Ahora bien, en lo que no estoy de acuerdo es en identificar biunívocamente corrupción con PSOE (aunque haya bastantes corruptos dentro, que por cierto o se están yendo o los están echando). Por eso digo que Ciudadanos, al que considero un partido de derechas, aunque bastante más centrado que el PP, pretexta la corrupción para no apoyar a los socialistas en Andalucía, es decir, para no apoyar a la izquierda moderada.
De todas formas, el tiempo los definirá politicamente, porque se avecina un sinfín de posibles alianzas tras las elecciones en toda España, que quizá vayan dejando las cosas más claras sobre quién es quién en este batiborrillo.
Un abrazo