17 de diciembre de 2015

No a la violencia, venga de donde venga


Mis amigos gaditanos lo dirían con otras palabras y con mucha más gracia que yo: de violencia ni mijita.

Me había sentado ante el ordenador para escribir mi próxima entrada en este blog, cuando he recordado la agresión que sufrió ayer el señor Rajoy. Inmediatamente he dejado a un lado las ideas que me ocupaban en ese momento, para centrarme en el rechazo que me produce observar la violencia ejercida por un energúmeno, contra un político en pleno ejercicio de sus derechos democráticos como candidato en las próximas elecciones. Rechazo, además de indignación.

He oído esta mañana en la radio, como hago casi todos los días, a Iñaki Gabilondo. El conocido periodista, además de condenar la agresión al presidente del gobierno sin paliativos, ha alertado sobre el peligro de que resuciten los viejos usos ya olvidados, las pasiones violentas y el estilo gansteril. Que nadie caiga en la tentación de devolver el agravio con la misma moneda. Una cosa es denunciar mediante palabras las incoherencias del adversario político, aunque sea utilizando frases puestas al límite de lo políticamente correcto, como sucedió en el debate del otro día, y otra muy distinta regresar a la vieja dialéctica de los puños, por cierto tan del gusto de los extremos políticos, tanto de la derecha como de la izquierda.

El que el autor del puñetazo sea un menor de edad no le quita la menor importancia al hecho, porque detrás de situaciones como ésta suele haber un caldo de cultivo inaceptable. La justicia tiene que tener en cuenta la circunstancia de los años del agresor, pero al mismo tiempo debe investigar a fondo quiénes pudieran estar detrás del ataque, que a mí me parece en principio preparado y no iniciativa de un lobo (lobezno) solitario.

La violencia, además de condenable, es alarmante, porque si no se controla a tiempo deviene en más violencia. Los españoles vamos a ir a votar una vez más para elegir el nuevo Congreso, cuyos diputados a su vez elegirán a quien haya de ser el presidente del gobierno durante los próximos años. Pensemos como pensemos políticamente, deberíamos sentirnos orgullosos de nuestro civismo, ampliamente demostrado desde que la democracia regresó a nuestro país.

Lo repito, de violencia ni mijita.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Cualquier comentario a favor o en contra o que complemente lo que he escrito en esta entrada, será siempre bien recibido y agradecido.