9 de marzo de 2015

Elecciones en Andalucía (¿PSOE o Podemos?)

Según las últimas encuestas publicadas en los medios de comunicación, parece ser que a Susana Díaz podría haberle salido bien la jugada de adelantar las elecciones en Andalucía. El PSOE sería el partido más votado, aunque perdería escaños, el PP bajaría en número de diputados y se situaría por debajo del primero y Podemos mostraría su verdadera dimensión, alejada de las aplastantes previsiones iniciales. Además, Izquierda Unida bajaría hasta 4 o 5 diputados y Ciudadanos se estrenaría en el Parlamento andaluz con otros tantos representantes.

De una simple encuesta de intención de voto es difícil sacar conclusiones, pero voy a intentar extraer algunas, por muy aventuradas que sean mis deducciones. Al fin y al cabo estamos hablando de política, ciencia nada exacta por un lado y totalmente subjetiva por el otro. Me lo puedo por tanto permitir sin correr grandes riesgos.

El PSOE, a pesar de lo que está cayendo, se convertiría en la fuerza más votada. Superaría en bastante al PP y se quedaría a mucha distancia de Podemos, dos hechos relevantes, el primero por lo que significa que la derecha que gobierna el país pierda apoyos y el segundo porque pone de manifiesto que Podemos no es tan fiero como lo pintan. Por otro lado, el significativo descenso de Izquierda Unida mostraría un desplazamiento del voto de la izquierdas radical hacia Podemos, que en mi opinión terminará sustituyendo a este partido en el panorama político español. Por último, la irrupción de Ciudadanos es una evidente manifestación de que los votantes de la derecha más centrada buscan salidas distintas de las que les brinda el PP.

Pero como no habrá mayorías absolutas, será preciso ir pensando en alianzas poselectorales, esas que los líderes en campaña niegan, pero que deben de estar ocupando parte de sus preocupaciones. Dado el panorama, las únicas combinaciones que caben son dos: PSOE-PP y PSOE-Podemos. Los otros dos partidos, Izquierda Unida y Ciudadanos, podrían apoyar a alguna de estas dos coaliciones, pero su peso sería más simbólico que decisivo.

También cabría gobernar en minoría, si una de las fuerzas que quede en segundo o tercer lugar apoyara tácitamente al partido ganador, sin comprometerse directamente en las labores de gobierno, simplemente respaldando sus iniciativas legislativas para defenderlas del ataque del otro. Con el panorama que muestra esta encuesta, Podemos podría apoyar al PSOE para contrarrestar el posible bloqueo legislativo del PP, o el PP al PSOE para impedir que Podemos intervenga en la política autonómica con sus iniciativas, dos actitudes de signo contrario que en cualquier caso favorecerían a los ganadores.

Pero quizá lo más importante sea que el resultado que señalan las encuestas, y sobre todo lo que luego se haga con él, tendrá una amplia repercusión en el resto del panorama político español. A partir de ese momento los electores de todo el país observarán con lupa cualquier alianza explícita o acuerdo tácito que se origine en Andalucía, antes de decidir su voto definitivo. Y como los entendimientos poselectorales tendrán que darse por fuerza, el horizonte actual de la poítica nacional podría cambiar muy significativamente.

Decía yo que a Susana Díaz le ha salido bien la jugada de anticipar las elecciones. Pero, ¿no será que al saber lo llaman suerte?

5 comentarios:

  1. La política y sus consecuencias no son subjetivas, sino sobradamente objetivas y palpables. Pero sí parece subjetivo nuestro ánimo al enfrentarnos a los comicios donde elegimos a quienes luego harán esa política objetiva. Y tal parece que votamos como si los elegidos fueran a actuar para nosotros solos. Con “estos” a mí me va bien, pues los demás –a los que les va mal con “estos” –, que se aguanten, ¡que hubieran ganado!
    Como “aquellos” me van a obligar a mí a renunciar a algo, para beneficiar a otros –no importa que sean más necesitados, o estén excluidos, o los estemos empobreciendo…–, ¡que les voten ellos, y ojalá pierdan!
    Esta es la política subjetiva, que cada uno piense en sí mismo y se olvide de los demás, que tanto estorban.

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  2. Aunque el comentario anterior nada tenga que ver con la opinión que doy sobre posibles pactos poselectorales en Andalucía, contestaré a la parte que alude a la frase que deslizo sobre la objtividad o subjetividad en la política. Si los hechos políticos son el conjunto de medidas que se adoptan o pueden adoptarse para alcanzar metas sociales, es evidente la subjetividad que mueve las iniciativas, porque incluso en el hipotético caso de que dos votantes persigan un mismo ojetivo, no tienen por qué coincidir en los medios que se deben poner para llegar a ellos. Son decisioes subjetivas, que por cierto no tienen por qué ser espurias, como apunta mi amigo Alfonso GLM.

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  3. Has caído en la trampa de calificar de izquierda radical a los de Podemos y tengo la sensación de que no son precisamente eso. Es más, yo creo que están situados a la derecha de IU y que en poco tiempo será un partido burgués de centro-izquierda, una vez que se les pase esa fiebre del piercing y las coletas. Difícil lo va a tener el PSOE, porque se han quedado sin posibilidad de apoyarse en IU, algo que aprovechará Podemos para subir su caché y la posibilidad de aliarse con ellos, más lo veo como que quedará en un apoyo a iniciativas legislativas que en ninguna alianza previa. Hasta cierto punto y si lo que da prioridad a la actuación de cada uno es el beneficio del ciudadano, la situación probable quizás sea la mejor. Detesto las mayorías arrolladoras, sean de un partido o de una coalición.

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    1. La trampa en la que he caído ha sido utilizar el adjetivo radical, que suele usarse con mucho desparpajo y poca precisión. Matizo. Quería decir (y en cierto modo lo he dicho) que, en mi opinión, Podemos parece estar destinado a ocupar la franja electoral que ahora ocupa Izquierda Unida.
      Respecto a apoyos poselectorales al PSOE, sin llegar a pactos, es posible que los haya. En cualquier caso, ya veremos, porque combinaciones hay varias y todavía no está dicha la última palabra de los electores andaluces, que es la que de verdad cuenta.

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  4. Que conste: a estas alturas espero que nadie interprete lo de burgués como peyorativo, hoy en día un revolucionario es aquel que no ha conseguido aún ingresos económicos para ser burgués.

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