1 de enero de 2015

Ana Montojo (II)

He terminado de leer el libro de Ana Montojo, Memoria secreta de una niña bien, y estoy en condiciones de reanudar los comentarios sobre la opinión que me merece. Lo prometido es deuda.

Cuando Chelo, la protagonista de la novela, le cuenta a Lola, uno de los personajes, que piensa escribir un libro gordo sobre su ajetreada vida, ésta le contesta:

-¡Será un best-seller! Entonces te harás rica y podrás vivir en La Moraleja.

De estas dos aseveraciones, no estoy demasiado seguro de la segunda, porque el mundo editorial es muy cruel y compensa mal el esfuerzo de escribir. Pero estoy convencido de que en el caso de la novela de Ana Montojo la primera se cumplirá.

Creo que estamos ante una gran escritora, que domina la técnica de la narración y tiene la habilidad de mantener permanentemente abierto el interés del lector, a lo largo de un argumento, largo y complicado, en el que sin embargo no hay desperdicio. Uno llega a meterse en la piel de la protagonista y a entender paso a paso las mutaciones que va sufriendo su visión del mundo, desde la acomodada vida de una burguesa educada entre convencionalismos, a la inquieta actividad pro derechos humanos que termina ejerciendo. Y asiste al mismo tiempo al permanente dilema que le plantea su propia existencia y que la obliga a elegir, día a día, entre las estrictas normas sociales que constriñen la personalidad del ser humano y la libertad de vivir de acuerdo con lo que le dicta la conciencia.

No sé lo que Ana Montojo se había propuesto cuando empezó a escribir el libro y no me sorprendería que ella tampoco lo supiera. Pero sí sé lo que ha conseguido. Creo que estamos ante un ensayo novelado del desarrollo de la personalidad del hombre, cuando, convencido de que el mundo no es como se lo habían explicado, intenta por todos los medios encontrar su verdad en medio de la tormenta de la vida y dejar a un lado la que le han dictado los demás. Tengo la sensación de que la autora, puede que sin intención, ha ido descubriendo a lo largo de su propia escritura una tesis que no contemplaba al inicio, porque es cierto que a los escritores les mueve una fuerza extraña, que no existe antes de empezar a poner palabra tras palabra y que va emergiendo poco a poco de la nada.

En cualquier caso, Memoria secreta de una niña bien es un libro magnífico. Le pido a Ana Montojo que, ya que ha iniciado el sendero de la narrativa, no lo abandone. El mundo, ella lo sabe muy bien, es una novela. Aunque no todos sepan leerla ni mucho menos explicársela a los demás.

1 comentario:

  1. Querido Luis, el otro día te quise agradecer públicamente, además de haberlo hecho en privado, tu generosa crítica, pero por alguna razón que ignoro no salió el comentario.
    La verdad es que después de los excesos navideños, tus palabras vienen a engordarme un poco más y a que me ponga como un pavo. Espero que tus seguidores que lean el libro no queden decepcionados, pues es difícil alcanzar el nivel de excelencia que me atribuyes.
    Muchas, muchas gracias.
    Un abrazo fuerte

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